Un estudio de Accenture y Bitkom revela el potencial de la digitalización para reducir 73 millones de toneladas de CO2 para 2030

 

  • Bitkom presenta un nuevo estudio sobre los efectos climáticos de la digitalización
  • Las tecnologías digitales pueden contribuir alrededor del 24 por ciento al objetivo climático para 2030
  • Las mayores palancas se encuentran en los sectores de la energía y la construcción.

Turbinas eólicas que adaptan de forma óptima las palas de sus rotores a la fuerza del viento mediante sensores, campos que se fertilizan de forma más económica gracias a datos satelitales, fábricas que producen de manera muy eficiente gracias a la IA y ahorran energía en el proceso: las tecnologías digitales pueden contribuir significativamente a esto significa que Alemania cumplirá sus objetivos climáticos para 2030. Como señala el nuevo estudio de Bitkom “Efectos climáticos de la digitalización” Como muestra, las emisiones anuales de CO2 en Alemania se pueden reducir en alrededor de 73 millones de toneladas en 2030 si se acelera la digitalización. Se trata de un efecto neto en el que ya se tienen en cuenta las emisiones de CO2 derivadas del uso de estas tecnologías, incluidos los centros de datos y los dispositivos finales. “La digitalización puede contribuir con casi una cuarta parte de los objetivos climáticos autoimpuestos por Alemania en 2030”, afirma la vicepresidenta de Bitkom, Christina Raab, con motivo de la presentación del estudio. Si la digitalización no se acelera sino que continúa al ritmo actual, se podrán lograr ahorros de alrededor de 50 millones de toneladas de CO2 en 2030, lo que corresponde al 16 por ciento del objetivo. En 2022, las emisiones de CO2 de Alemania fueron de 746 millones de toneladas, en 2023, según las previsiones, serían de 673 millones de toneladas y en 2030 sólo deberían ser de 438 millones de toneladas. Raab: “El cambio climático es cada vez más notorio y es más urgente abordarlo. Debemos agotar todas las posibilidades para que Alemania alcance sus objetivos climáticos. Con la digitalización tenemos una fuerte palanca para reducir significativamente las emisiones de CO2 y al mismo tiempo aumentar nuestra competitividad. Cuanto más ambicioso sea el uso de las tecnologías digitales, mayores serán los ahorros.”

El estudio de Bitkom “Efectos climáticos de la digitalización” fue realizado por expertos en sostenibilidad y digitalización de Accenture. El estudio utiliza tres proyecciones de futuras emisiones de CO2 para examinar el efecto de CO2 del uso de soluciones digitales en los sectores particularmente relevantes de la energía, la construcción, la industria, el transporte y la agricultura. En primer lugar, una proyección pesimista de altas emisiones de CO2 en 2030; en segundo lugar, una proyección optimista de bajas emisiones, entre otras cosas, cubriendo el 85 por ciento de la demanda eléctrica con energías renovables. Los efectos climáticos de la digitalización se examinan a continuación basándose en una tercera proyección de las emisiones promedio de CO2. Se sitúa a medio camino entre la proyección pesimista y la especialmente optimista sobre el CO2.

¿Qué emisiones de CO2 son provocadas por las propias tecnologías digitales? Esta pregunta también la responde el estudio. El funcionamiento de las tecnologías, pero también de dispositivos finales como pantallas, ordenadores o tabletas, así como el funcionamiento de la infraestructura de red y de los centros de datos, provocan indirectamente emisiones de CO2. Si se acelera la digitalización, la huella de carbono de las tecnologías digitales en los cinco sectores en 2030 se situará en el medio de las tres proyecciones consideradas: 3.8 millones de toneladas. Si la digitalización continúa al ritmo actual, serán 2.1 millones de toneladas.

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Los resultados de los sectores de un vistazo:

  • Energía: En el sector energético, las tecnologías digitales tienen el mayor potencial para ahorrar CO2. Con una digitalización acelerada se podrán ahorrar hasta 26.4 millones de toneladas de CO2 y con una digitalización estándar hasta 24.5 millones de toneladas de CO2 de aquí a 2030. El factor decisivo son, por un lado, las redes inteligentes, es decir, las redes eléctricas inteligentes en las que se pueden generar y consumir electricidad. ser controlado con precisión. Utilizan sensores, medidores inteligentes y procesamiento de datos en tiempo real para equilibrar dinámicamente la oferta y la demanda de energía. Por otro lado, existe un gran potencial de ahorro en la producción inteligente de energías renovables. Con la ayuda de las tecnologías digitales, la producción de energía a partir de fuentes renovables es cada vez más fiable y eficiente. En los sistemas solares, por ejemplo, los paneles pueden orientarse e inclinarse de forma óptima en función de la luz solar mediante el uso de algoritmos y sistemas de control inteligentes. Las turbinas eólicas pueden analizar la velocidad y dirección del viento y ajustar la posición y el ángulo de las palas del rotor.
  • Sector de la construcción: Una casa que apaga automáticamente los radiadores cuando se abre una ventana, una oficina que controla inteligentemente el aire acondicionado en función de las condiciones meteorológicas y del número de personas presentes: las casas inteligentes y los edificios inteligentes y conectados pueden ahorrar mucha energía. Según el estudio de Bitkom, se podrían ahorrar alrededor de 12.4 millones de toneladas de CO2 en 2030 si las tecnologías de construcción inteligente se utilizan ampliamente en entornos privados y comerciales. Habrá hasta 18.3 millones de toneladas si se acelera la difusión de las tecnologías inteligentes. “Los programas de financiación anteriores para la renovación energéticamente eficiente de edificios todavía se centran demasiado unilateralmente en las medidas tradicionales. “No ganaremos la lucha por el clima sólo con un aislamiento grueso, la ganaremos principalmente con un control inteligente.”, destaca el vicepresidente de Bitkom, Raab.
  • Industria: En la fabricación industrial, se pueden ahorrar hasta 12.7 millones de toneladas de CO2 con una digitalización acelerada en 2030, y 5.6 millones de toneladas con un ritmo de digitalización estándar. Una tecnología clave es, por un lado, la automatización en la producción, en la que sistemas y máquinas, piezas de trabajo y sus componentes están conectados entre sí y los procesos se ejecutan de forma independiente con el menor consumo posible de materiales y energía. Por otro lado, el llamado gemelo digital garantiza importantes ahorros de CO2: estas imágenes virtuales de ciclos completos de producción y operación permiten que los procesos se lleven a cabo en el objeto digital en lugar de en el objeto real, lo que significa un ahorro masivo en materia, energía y recursos. Cristina Raab: “Con la digitalización, la industria puede afrontar dos desafíos urgentes al mismo tiempo: no sólo será más respetuosa con el clima, sino también más rápida y eficiente.”
  • Transporte: Hasta 9.3 millones de toneladas de CO2 con una digitalización acelerada y hasta 3.5 millones de toneladas de CO2 con una digitalización estándar podrían ahorrarse en el sector del transporte en 2030. El potencial radica principalmente en una red de transporte digital y una optimización del tráfico digital, en la que los sensores en el Los sistemas de carreteras o GPS de los automóviles proporcionan datos en tiempo real que pueden utilizarse para cambiar los semáforos, redirigir los flujos de tráfico o aumentar el transporte público. De esta forma se pueden ahorrar hasta 5.5 millones de toneladas de CO2. La logística inteligente que evita los desplazamientos de camiones vacíos y optimiza las rutas de mercancías también es una palanca importante.
  • Agricultura: La producción de fertilizantes, entre otras cosas, requiere grandes cantidades de energía. Una parte importante del fertilizante no llega a las plantas del campo, sino que acaba en zonas no plantadas y, a menudo, contamina las aguas subterráneas. Con la ayuda de aplicadores digitales y análisis del suelo, estos efectos indeseables se pueden reducir drásticamente aplicando fertilizantes de forma precisa y precisa a las plantas. También se puede lograr un efecto importante en la ganadería. Por ejemplo, los sistemas digitales de cría de animales pueden monitorear el estado de salud y los patrones de alimentación del ganado vacuno o porcino. No sólo se pueden detectar enfermedades antes, sino que, sobre todo, se pueden reducir las emisiones de metano. En total, el uso de las tecnologías antes mencionadas en la agricultura puede ahorrar hasta 6 millones de toneladas de CO2 con una digitalización acelerada y hasta 3.5 millones de toneladas de CO2 con una digitalización estándar.
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“La protección digital del clima es una gran oportunidad para la economía alemana. De esta forma, las empresas mantienen e incrementan su competitividad y al mismo tiempo ahorran CO2,”, dice la vicepresidenta de Bitkom, Christina Raab.

“Las empresas que aún no tienen una estrategia digital deberían configurarla de inmediato y anclarla en la alta dirección. Sobre todo: las empresas deberían vincular estrechamente su estrategia climática y de sostenibilidad con su estrategia de digitalización.”

También se pide a los políticos que apoyen a las pequeñas y medianas empresas, en particular con servicios de consultoría y programas de financiación como “Digital Now”. “Esto no sólo contribuye a la sostenibilidad, sino que también prepara a la empresa para el futuro.”, subraya Raab. En general, las medidas digitales deben adoptarse como un componente central de todas las medidas y estrategias climáticas y de sostenibilidad. Desde la perspectiva de Bitkom, también es importante acelerar el suministro de datos ecológicos. Los datos disponibles públicamente, por ejemplo sobre el medio ambiente, el consumo de energía o la movilidad, pueden generar innovaciones ambientales, permitir modelos comerciales sostenibles y promover medidas de protección climática más efectivas. Raab: “Reducir nuestras emisiones de CO2 es una tarea gigantesca: Alemania ya ha logrado mucho desde 1990 y ha reducido sus emisiones en más de un 40 por ciento, y su PIB ha crecido un 197 por ciento al mismo tiempo. Ahora se trata de la doble transición: un cambio estructural sostenible que combine inteligentemente la protección del clima y la digitalización.”

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