¿Qué tienen en común los robotaxis autónomos y los gallos? Más de lo que podrías imaginar

¿Qué tienen en común los robotaxis autónomos y los gallos? Más de lo que podrías imaginar

 

El surgimiento de los robotaxis autónomos generó expectación desde el principio. Tanto expertos como amateurs esperaron durante años para ver una tecnología semejante. Sin embargo, el resultado no está siendo tan idílico como se esperaba. 

Creados para operar sin intervención humana, los robotaxis representan el epítome de la conducción autónoma. Combinan los últimos avances en inteligencia artificial, sensores y sistemas de navegación para brindar un servicio óptimo de transporte autónomo y eficiente. 

Aunque aún se están dando los primeros pasos con esta tecnología, su potencial para transformar la movilidad urbana es innegable. Los robotaxis existentes tienen como objetivo recoger pasajeros y llevarlos a sus destinos de manera segura. No obstante, la manera en la que están ejecutando su meta no está convenciendo del todo a los usuarios. 

El gran problema de los robotaxis autónomos

En agosto del año pasado, hubo denuncias por parte de los residentes de San Fancisco por el “comportamiento” de los taxis autónomos. De hecho, los modelos de Cruise (General Motors) dejaron de brindar su servicio después de varios incidentes, entre los que tuvo lugar un grave atropello a una mujer.  

Los de Waymo, propiedad de Alphabet (Google), continuaban con su actividad, pero con investigaciones de por medio por más de veinte accidentes registrados.

Además de ser vistos como un potencial peligro para los diferentes agentes de la vía, los vecinos denunciaron una nueva problemática: un “concierto” de claxon nocturno y diurno. 

Un estacionamiento de superficie, ubicado en el barrio de South of Market de San Francisco, pasó a ser el refugio de los robotaxis de Waymo. Ese era su lugar entre trayecto y trayecto.

Hasta junio del año pasado, estos modelos Jaguar I-Pace autónomos solo trabajaban en algunas zonas, pero después pasaron a hacerlo en toda la ciudad. 

Para garantizar la seguridad de peatones, ciclistas y otros coches, actualizaron su tecnología para que los vehículos tocaran el claxon al detectar posibles choques a bajas velocidades. Un escenario intrigante que podría repetirse con el robotaxi de Tesla que, según informan, ya presenta un grave inconveniente

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¿Cómo inició el problema de los robotaxis autónomos en San Francisco?

El problema es que mientras los robotaxis se organizan para estacionar, activan el claxon porque otros modelos se acercan. Un escenario que se repite de día y de noche, generando molestias entre los vecinos. 

“Comenzamos con un par de bocinazos aquí y allá, y luego, a medida que empezaron a llegar más y más coches, la situación empeoró”, expresó uno de los residentes cercanos ante NBC Bay Area

Advirtió que el toque del claxon se repetía todos los días en diferentes horarios, pero con especial énfasis a las 4 de la mañana o en hora punta de la tarde. 

¿En qué se parecen los robotaxis autónomos a los gallos?

En las filmaciones publicadas por diferentes usuarios se escuchan quejas del mismo estilo. “Cada madrugada a las 4:00 AM, experimentamos el futuro”. “Lo único que quiero es una solución”. Estas son solo algunas de las quejas que se registraron en línea el año pasado. 

Los vecinos de la zona manifestaron su malestar ante Waymo. Asimismo, diferentes medios de comunicación, como NBC Bay Area o ABC7 News, también lo expusieron. La respuesta de la compañía fue la siguiente. 

“Somos conscientes de que en algunas situaciones nuestros vehículos pueden hacer sonar brevemente la bocina mientras circulan por nuestros estacionamientos. Hemos identificado la causa y estamos en proceso de implementar una solución”. 

El hecho de que los robotaxis emitan sonidos a las 4 de la mañana nos permite compararlos con los gallos, que suelen cantar justo antes de amanecer (entre 4.30 y 6 de la mañana), de manera reactiva a lo largo del día y al anochecer. 

Esta problemática pone en tela de juicio el avance de los robotaxis en Estados Unidos, uno de los países en las que esta tecnología está más avanzada. Mientras la incertidumbre asola este lugar del mundo, algo inusual está pasando en las calles de Madrid.

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