Un nuevo proyecto ambiental en pro de garantizar la salud de los cultivos. Su nombre es CropSafe y busca con su metodología llegar a sustituir pesticidas tóxicos que se usan en esos campos por sustancias activas, sostenibles y con bajo impacto medioambiental y para la salud.
La retirada de los pesticidas de síntesis química «más dañinos del mercado es necesaria para mitigar los graves daños ambientales y de seguridad alimentaria que producen, pero deja a muchos agricultores en una situación complicada por la falta de alternativas eficaces de manejo de plagas«, han señalado los responsables de este programa europeo coordinado por un grupo de investigación de Fitopatología de la Universidad de Alicante (UA).
Es por ello que estos expertos actuarán sobre tres cultivos clave para la seguridad alimentaria: la patata, el tomate y el plátano, que están amenazados por plagas y enfermedades en expansión.
Buscan sustituir pesticidas tóxicos por sustancias sostenibles en los cultivos
El grupo de investigación de Fitopatología de la Universidad de Alicante (UA) coordina el proyecto europeo CropSafe con el objetivo de sustituir pesticidas tóxicos en los cultivos por sustancias activas, sostenibles y con bajo impacto medioambiental y para la salud.
El equipo de trabajo de CropSafe ha seleccionado tres cultivos clave para la seguridad alimentaria: la patata, el tomate y el plátano, que están amenazados por plagas y enfermedades en expansión, según han informado fuentes de la UA.
Los dos primeros están afectados por los nematodos, unos parásitos microscópicos que atacan sobre todo a las raíces. En el caso del cultivo de tomate, los nematodos están reduciendo las cosechas en hasta un 65 %.
Los cultivos de plátanos sufren ataques por el picudo negro, un insecto que causa importantes pérdidas económicas en el sector. El picudo es, además, vector del hongo fitopatógeno Fusarium oxysporum f.sp. cubense, que está ocasionando una pandemia en las plataneras de todo el mundo y para el que no existen medidas de control eficaces.
“Los pesticidas de referencia para combatir estas plagas y enfermedades como el Fosthiazate, utilizado en el cultivo de patata, el Metam sodio en el de tomate o el Lambda-cihalotrin para combatir el picudo de la platanera han sido identificados por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) como candidatos para su retirada del mercado en unos dos años”, ha explicado el investigador principal del proyecto, el profesor de la UA Luis Vicente López Llorca.
La retirada de los pesticidas de síntesis química «más dañinos del mercado es necesaria para mitigar los graves daños ambientales y de seguridad alimentaria que producen, pero deja a muchos agricultores en una situación complicada por la falta de alternativas eficaces de manejo de plagas», ha señalado el investigador de la UA Federico López Moya, que también forma parte del proyecto.
En este contexto, mediante el uso de residuos de biomasa marina, como las algas, forestal, de la industria del papel, restos de la producción de café y desechos fúngicos, los investigadores desarrollan «nuevos compuestos bioactivos y formulaciones efectivas y sostenibles para la protección de estos tres cultivos ante las principales plagas y enfermedades”, según los expertos de la UA.
CropSafe cuenta con una quincena de socios de universidades, centros de investigación, centros tecnológicos, biorrefinerías y empresas líderes en agricultura de precisión de España, Noruega, Reino Unido, Bélgica, Dinamarca, Italia y Suiza. Uno de los socios clave del proyecto es la mayor cooperativa canaria del sector platanero, el Grupo Regional de Cooperativas Plataneras de Canarias (COPLACA), que representa a más de 3.200 agricultores.
Con una financiación del programa europeo HORIZON-RIA que supera los 5,2 millones de euros para el periodo de 2025-2029, CropSafe es uno de los proyectos internacionales con más presupuesto que coordina la UA. EFE / ECOticias.com