¿Para cuándo la elaboración de un ‘Catálogo de Hábitats en Peligro de Desaparición‘ en España? En el Día Mundial del Hábitat 2024, SEO/BirdLife pide a las administraciones públicas medidas urgentes para la mejora de espacios de interés para la naturaleza y la biodiversidad. En este contexto cabe repasar el informe «Áreas degradadas con posibilidades de rehabilitación en España«.
Junto a la aprobación de un ‘Catálogo de Hábitats en Peligro de Desaparición’, solicita una revisión de los planes de gestión de espacios protegidos de la Red Natura 2000 y la restauración de áreas degradadas. Es muy preocupante el estado en que se encuentran los hábitats vinculados al agua, como los costeros, los de agua dulce, los de turbera y los hábitats forestales.
Con motivo del Día Mundial del Hábitat 2024, que se celebra hoy, 2 de octubre, la ONG reclama una gestión responsable por parte de las administraciones públicas para la mejora del estado de conservación de los hábitats de interés para la naturaleza y la biodiversidad en España.
La 4 medidas estrella:
- Desarrollar y poner en marcha el Catálogo Español de Hábitats en Peligro de Desaparición, impulsando la coordinación interadministrativa para identificar y tomar medidas que frenen la recesión detectada. Este compromiso está recogido en la ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, y hasta la fecha no se ha instrumentalizado. El catálogo debe desarrollarse, de forma participativa, como una herramienta dinámica que contribuya a identificar y mejorar el estado de hábitats en peligro de desaparición, cuya conservación o, en su caso, restauración exija medidas específicas.
- Revisar, evaluar y actualizar los planes de gestión de los espacios incluidos en la Red Natura 2000 considerando que estamos en un contexto cambiante.
- Trasponer el Reglamento de Restauración a nuestro marco jurídico y dotarlo de los recursos necesarios para su correcta implementación.
- Impulsar la restauración de espacios degradados para la recuperación de hábitats clave y la conservación de espacios de interés en aplicación del Reglamento de restauración de la UE y de la Directiva Hábitats.
Un deterioro de los hábitats naturales que no cesa
La evaluación del estado de conservación de los hábitats y especies de interés comunitario del periodo 2006-2012, realizado por el Ministerio de Medio Ambiente con la colaboración de las Comunidades Autónomas, mostraba que solo el 12% de los tipos de hábitats presentaban un estado de conservación favorable, mientras que un 63% presentaban un estado desfavorable.
Lejos de mejorar, en la evaluación del periodo 2013-2018 ese porcentaje de hábitats en un estado favorable habría descendido hasta el 9%, mientras que el de los que presentan un estado de conservación desfavorable se habría incrementado hasta el 74%. A las puertas del próximo informe de evaluación correspondiente al periodo 2019-2024, la ONG recuerda que nuestros hábitats naturales continúan degradándose.
Si se tienen en cuenta los resultados en las regiones biogeográficas mediterránea y atlántica del informe actual, que supone la mayor parte del territorio nacional, únicamente presentarían un estado de conservación favorable un 2% y un 3% de todos los tipos de hábitats. Es muy preocupante la situación de los vinculados al agua, como los costeros, los de agua dulce o los hábitats de turbera, así como la de los bosques, tanto en relación con su superficie como con su estructura y funcionalidad ecológica.
Las administraciones públicas deben parar el continuo deterioro de los hábitats naturales
Estas evaluaciones reflejan que, a pesar de los esfuerzos y avances realizados, muchos de los hábitats de interés comunitario están sufriendo un importante deterioro en su área de distribución, composición, estructura y funciones ecológicas, por lo que las administraciones públicas con competencias en la gestión y conservación del patrimonio natural deben asumir claramente sus responsabilidades y aplicar las medidas necesarias para frenarlo y revertirlo.
“Deben -continúa- asignar los recursos necesarios para afrontar las obligaciones establecidas y los compromisos adquiridos, así como comenzar a integrar, de una vez por todas, de una manera clara y eficaz la conservación de la biodiversidad en el resto de las políticas sectoriales.