Madrid: contaminación acústica y emisiones provenientes de la A-5

Madrid: contaminación acústica y emisiones provenientes de la A-5

 

Ayer 11 de octubre dieron comienzo las obras para soterrar el Paseo de Extremadura, el tramo de la A-5 que transcurre por el distrito madrileño de Latina: la respuesta a una «reivindicación histórica que se inició 30 años atrás» de sus vecinos, que cada día sufrieron y sufren las emisiones contaminantes, el ruido de los coches a escasos metros de sus hogares y la necesidad de cruzar túneles subterráneos que unen las dos orillas de sus barrios. Un «auténtico atentado» contra sus vidas que tras años de lucha contra la contaminación acústica y las emisiones provenientes de la A-5, ahora finalmente ha encontrado respuesta.

Barrios de aluvión

Al suroeste de Madrid, Latina es el reflejo de los conocidos como ‘barrios de aluvión’, viviendas construidas en la periferia de las ciudades españolas diseñadas para acoger a los miles de emigrantes que huían de la miseria en los años de la postguerra.

Pero el auge del coche cambiaría la vida de sus vecinos para siempre. El Paseo de Extremadura es una de esas «grandes infraestructuras levantadas en los 60 para mejorar la movilidad en ciudades, en paralelo a la construcción de barrios de clase trabajadora o incluso a veces rompiéndolos». Lo cuenta Jaime Jover, doctor en Geografía Humana.

Y es torno a este acceso a Madrid desde Badajoz donde crecen los barrios del distrito madrileño de Latina. Inés se acuerda de los carros de caballos que llegaban a la ciudad desde el sur por esta carretera. En la actualidad, la vecina de Aluche sale cada día a pasear con su marido a Casa de Campo, pero para llegar hasta allí deben cruzar de un lado a otro del barrio atravesando uno de los «problemáticos» túneles subterráneos que sirven como puente entre una orilla y otra en este «pueblo aislado de todo».

«¿Tú te crees que esto está bien?», nos pregunta otra vecina señalando el interior de uno de los precarios pasadizos, testigos de historias como la del «violador de El Batán» en los 80 o la abundante venta de droga en la zona.

La contaminación acústica es quizás la consecuencia más directa

«Nosotros vivimos aquí enfrente y sí que se oye mucho, lo que pasa es que te acostumbras». La contaminación acústica es quizás la consecuencia más directa, sobre todo para los vecinos que viven en esa «primera línea de playa». Es el nombre que reciben los bloques levantados a escasos metros del asfalto y bajo cuyas ventanas cuelgan pancartas que reclaman soluciones, explica Candi Campiña, histórica presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio de El Batán.

En 1991 su agrupación solicita al Ayuntamiento de Madrid la instalación de pantallas acústicas en los límites de la carretera. Pero la petición es denegada, convirtiéndose en un primer paso en esa lucha por mejorar la vida de los vecinos de Latina. En 2005 tiene lugar la primera movilización a pie de calle que sería sucedida por muchas otras: «Nos encontramos con todo el mundo en la carretera y todos tuvimos la misma sensación: ¡nos han robado este barrio! Ahí pensé que este espacio es de la gente que vive en él».

Pero tras años reclamando soluciones, en marzo de 2006 la asociación presenta una acción judicial ante la Fiscalía Superior de Justicia de Madrid contra la cúpula del Ayuntamiento. «Todo eran largas hasta que después de ser conscientes de que no nos hacían ningún caso decidimos denunciarles», prosigue. Siete folios y más de 822 pruebas que incluían informes médicos de vecinos con «problemas de insomnio, de alergias o de audición” por las condiciones de vida en el barrio.

Finalmente, el Ayuntamiento se compromete ante los vecinos de Latina a poner en marcha la conocida como ‘Operación Campamento’. Un proyecto paralizado desde hacía alrededor de 20 años que implicaba la construcción de más de 10.000 viviendas en el barrio que lleva su nombre y el soterramiento de 2,6 Km de Autovía del Suroeste a su paso por Batán. «Pero nunca llegaron las obras», lamenta Candi.

Manuela Carmena lo intento

En 2015, la exalcaldesa de Madrid Manuela Carmena visita Latina y se compromete a poner soluciones durante su mandato. En mayo de 2018 su equipo de gobierno presenta un proyecto para trasformar el tramo de autovía en una vía urbana con carriles para bicicletas y autobús, pasos peatonales en superficie, y una reducción de la velocidad máxima en un intento por «pacificar» la circulación.

Andrés Piñeiro era entonces presidente de la Asociación de Vecinos del barrio de Campamento. «De haber puesto en marcha una vía urbana tal y como estaba planteado podría haber sido una posible solución pero fueron poco valientes», lamenta.

La falta de resultados del proyecto de Carmena empuja a los vecinos a acogerse a otras iniciativas. Lo cuenta Javier Poveda, portavoz de la Coordinadora Vecinal de Latina: «Resolver el grave problema era mucho más importante y aquellos que éramos más partidarios del apaciguamiento del tráfico nos acabamos sometiendo a una mayoría que prefiere el soterramiento».

José Luis Martínez-Almeida y el ‘Paseo verde del Suroeste’

José Luis Martínez-Almeida logra hacerse con la alcaldía de Madrid en las elecciones municipales de mayo de 2019 con el soterramiento de la Autovía del Suroeste como bandera de campaña.

Un proyecto que despierta dudas sobre su viabilidad entre los vecinos de Latina. Los más críticos recuerdan el fiasco de la ‘Operación Campamento’ y el sobrecoste del soterramiento de la M-30 en Madrid Río que el Ayuntamiento sigue pagando. “No es la primera vez que está proyectado y luego por la falta de presupuesto nos dicen que no. Yo hasta que no lo vea no lo creo”, lamenta una vecina de Campamento a escasos días de empezar las obras.

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El Partido Popular bautizó su propuesta como el ‘Paseo verde del suroeste’: un túnel de seis carriles y 3,5 kilómetros de longitud para liberar más de 80.000 metros cuadrados que conectarían finalmente ambas orillas del distrito de Latina.

Campamento, el «triángulo de la contaminación», sigue luchando

Pero en febrero de 2024, ya habiendo dado luz verde al proyecto, el consistorio anuncia que dejará fuera 700 metros que transcurren entre los barrios de Campamento y Aluche. Finalmente, Vivienda y Urbanismo aseguraron en mayo haber llegado a un acuerdo para cubrir este tramo e incluirlo en la segunda fase del proyecto, aunque desde las asociaciones vecinales de ambos barrios piden una solución más inmediata: «Llevamos esperando 30 años para solucionar el problema y ahora, entre las primeras obras y las próximas quien sabe el tiempo que pasará».

“Cada vez que vuelvo a Madrid me quedo sin voz”. El especialista que trata a Antonio Francisco, vecino de Aluche, le confirma que sus síntomas obedecen a los niveles de contaminación concentrados en su barrio. En el año 2023 el Ayuntamiento de Madrid elaboró un informe para medir la cantidad de dióxido de nitrógeno (NO2) en Campamento, el conocido como «triángulo de la contaminación» por su emplazamiento entre concurridas vías.

Este contaminante atmosférico emitido por vehículos diésel es responsable al año de cerca de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) redujo en 2021 de 40 a 10 microgramos por metro cúbico (µg/m³) la concentración anual recomendada de este gas irritante, pero en el estudio realizado por el consistorio se hallaron concentraciones en algunas zonas de Campamento de hasta 73 µg/m³.

Una condena que se suma a la contaminación acústica que desprenden los vehículos que a diario recorren el asfalto. “Te acostumbras”, reconoce Inés mientras a su espalda resuenan las incesantes ráfagas de los 120.000 coches que cada día cruzan la carretera.

Según datos que ofrece el Ayuntamiento de Madrid, algunos puntos de Latina están expuestos a 70 decibelios diarios pese a que la normativa establece un máximo de 55. Campamento y Aluche siguen reclamando el soterramiento completo.

El actual distrito de Latina pasará a ser poblado por ciudadanos de rentas medias y altas

Solo hace falta dar un paseo por Latina y preguntar a sus vecinos para darse cuenta de que el soterramiento es un soplo de aire fresco para la mayoría de ellos. Pero entre tanto optimismo conviene escuchar las voces de algunos expertos que alertan sobre sus posibles efectos negativos.

En primer lugar, el soterramiento pondrá en marcha un proceso de revalorización del parque de vivienda en la zona. “Lo más probable es que esos hijos de población envejecida acaben vendiendo la casa de la abuela o de la madre por un precio ahora mucho más alto, dejarán de vivir allí y se marcharán a los límites del área metropolitana”, advierte Jorge Sequera, doctor en Sociología.

En consecuencia, el actual distrito de Latina pasará a ser poblado por ciudadanos de rentas medias y altas en lo que terminará siendo un nuevo proceso de expulsión de ciudadanos con rentas bajas fuera de la ciudad de Madrid.

Es lo que los expertos denominan como «proceso de gentrificación», explica el doctor en Geografía Humana, Jaime Jover: “Una operación que puede convertirse en un arma de doble filo hacia la población más vulnerable”.

Otro de los puntos clave es el hecho de que los efectos contaminantes de los vehículos van a seguir estando. Samir Awad es doctor ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Vivió en Latina y escogió su profesión tras vivir de cerca las consecuencias de la A-5.

La contaminación va a seguir estando ahí e incluso en algunos puntos va a haber más ruido que antes, según el Informe de Impacto Ambiental de la Comunidad de Madrid”, sostiene. Una «alfombra”, añade Jorque Sequera, bajo la cual se va a “esconder toda la contaminación y el número de vehículos que circulan”.

Asimismo, las obras, que durarán 25 meses según la previsión del consistorio, conllevarán más de dos años de trabajos de extracción de material que acarrearán nubes de polvo perjudicial para los vecinos.

Una reivindicación histórica que se remonta a 30 años atrás

Es por ello que los expertos hacen hincapié en la necesidad de elaborar «planes de impacto en los que sociólogos, antropólogos y geógrafos tienen mucho que decir para que las administraciones sepan lo que es esperable y deseable”. “Se sigue haciendo una planificación urbana del siglo XX», denuncia Jaime Jover.

Desde el ecologismo van encaminados en la misma línea. “Hay que sacar los vehículos de las ciudades, poner en marcha alternativas que no se han afrontado en Madrid”, explica Juan García, miembro de Ecologistas en Acción.

Con todo, lo único cierto es que estas obras marcan un antes y un después en las vidas de los vecinos de Latina: “Una reivindicación histórica”, concluye Candi, pero también “una injusticia” y sobre todo, “un incumplimiento” para quienes viven en el distrito de las dos orillas y de las dos caras, la actual y la futura, mientras no se refuerce el transporte público en ciudades como Madrid con un ‘abono único‘ y se reduzca notablemente la circulación de vehículos los problemas lejos de resolverse, se cronificarán.

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