Los expertos asumen que los coches eléctricos podrían llegar a su fin con la llegada de un motor que funciona con agua. El atractivo de los coches eléctricos es innegable en la búsqueda extendida de nuevos combustibles sostenibles. Salta a la vista cuál es su punto fuerte. Al no funcionar con gasolina ni etanol, que gravan el medio ambiente, no emiten gases contaminantes. Además, son silenciosos y requieren de un motor mantenimiento que los vehículos de gasolina. Y, si fuera necesario, algunos incluso pueden suministrar electricidad al domicilio.
Asimismo, los automóviles eléctricos realizan un uso más eficiente de la energía que los modelos convencionales. Comparados con los vehículos a gasolina que dependen del petróleo, su sistema baja significativamente la subordinación a los recursos naturales no renovables. No obstante, la nueva ola de vehículos eléctricos no está exenta de inconvenientes.
Uno de los principales es la alta inversión que deben hacer los usuarios para conseguirlos. Es mucho más caro comprar una pieza eléctrica que un vehículo convencional. Por otra parte, las baterías que los alimentan requieren una explotación minera intensiva.
Adiós a los coches eléctricos: este motor que funciona con agua los deja fuera de juego
Honda y General Motors presentan una avanzada pila de combustible para múltiples aplicaciones. La pila de combustible de nueva generación de Honda ha sido creada de la mano de General Motors y se usará en aplicaciones muy diferentes, desde turismos has excavadores, pasando por centrales eléctricas. El año pasado, las compañías presentaron una pila de combustible de hidrógeno de nueva generación.
Se trataba de un prototipo ya avanzado que se utilizará en el Honda CR-V FCEV este año. La presentación tuvo lugar en la Semana Europea del Hidrógeno 2023. Esta pila de combustible resalta por su adaptabilidad a una variedad de usos muy diferentes. Puede utilizar en vehículos de pila de combustible, maquinaria de construcción y hasta centrales eléctricas estacionarias.
Concretamente, Honda ha interceptado cuatro aplicaciones específicas: turismos y vehículos comerciales ligeros, vehículos comerciales pesados, en colaboración con Isuzu Motors, centrales eléctricas estacionarias para satisfacer las crecientes demandas de energías de los centros de datos, y máquina de construcción, contexto en que se utilizará la pila de combustible en excavadoras y cargadoras de ruedas.
“Tras más de 30 años a la vanguardia del desarrollo de las pilas de combustible de hidrógeno, creemos que la demanda de esta tecnología alcanzará pronto la masa crítica necesaria para una implementación comercial completa”, expresó Ingo Nyhues, director general adjunto de Planificación y Desarrollo de Negocio para Europa de Honda Motor Europe.
Llega el motor definitivo: desplaza a los coches eléctricos
“Las características de nuestro prototipo de pila de combustible de próxima generación son ideales para satisfacer las acuciantes necesidades de diversos sectores que demandan una rápida transición a fuentes de energía con cero emisiones. Se trata de una unidad muy versátil gracias a sus dimensiones compactas, su potente rendimiento, su extraordinaria durabilidad y su capacidad para ofrecer tiempos de arranque rápidos, incluso en entornos de bajas temperaturas”.
“La experiencia que hemos acumulado a lo largo de tres décadas de I+D en torno al hidrógeno y la comercialización de modelos FCEV nos proporciona una base perfecta para aplicar nuestras tecnologías en estos nuevos sectores en Europa y, en última instancia, apoyar los ambiciosos objetivos de reducir las emisiones a cero en la región”, agregó Ingo Nyhues.
Honda ya se encuentra estableciendo alianzas con varias compañías para desarrollar varios productos previos a la comercialización de este sistema a mediados de esta década. Antes de venderlo a terceros, Honda utilizará esta pila en sus propios modelos. Lo emplea en el Honda CR-V FCEV, que vende en Norteamérica y Japón.
En definitiva, este motor de hidrógeno puede ser el fin de los coches eléctricos. Podría generar una revolución tan grande como la ocasionada por el primer motor de hidrógeno líquido español.