Los bancos deben regular los riesgos relacionados con la naturaleza y el medio ambiente: el nuevo informe de la Iniciativa de Reverdecimiento de la Regulación Financiera (GFRi) defiende que muchas de las normas más estrictas establecidas para los bancos de importancia sistémica mundial tras la crisis financiera de 2008 deben aplicarse a la actual crisis de la naturaleza y medio ambiente en general: una supervisión más exhaustiva de los riesgos, requisitos de capital adicionales y pruebas de resistencia ante escenarios adversos.
Regulación Financiera Sostenible y Actividades de los Bancos Centrales (SUSREG)
- Tanto los requisitos normativos nacionales como la actuación de los bancos de importancia sistémica mundial son insuficientes en todos los temas evaluados en este documento: divulgación, gestión del riesgo, requisitos de capital y liquidez, y consideraciones a largo plazo.
- El panorama actual de las expectativas regulatorias sobre los riesgos relacionados con la naturaleza revela una brecha flagrante entre los 11 países evaluados, algo especialmente grave en el caso de EE.UU., Canadá y el Reino Unido, que muestran una acción mínima a pesar de que 13 de los 29 bancos de importancia sistémica mundial están domiciliados en estos países. Esto pone de relieve la necesidad de una regulación escalable y coherente para evitar el arbitraje regulatorio.
- Entre los bancos sistémicos globales evaluados, el 50 % tiene estrategias para involucrar a los clientes en cuestiones relacionadas con los bosques, mientras que sólo uno de ellos tiene una estrategia para la seguridad del agua, lo que pone de relieve un claro desequilibrio en el enfoque medioambiental. Además, ninguno de ellos utiliza actualmente la gestión de riesgos basada en escenarios para la seguridad del agua o la deforestación, lo que refleja la falta de planificación integral del riesgo medioambiental.
La regulación financiera internacional debe evolucionar para tener en cuenta los riesgos e impactos relacionados con la naturaleza y medio ambiente. Los bancos de importancia sistémica mundial desempeñan un papel crucial en la estabilidad del sistema financiero y su resistencia es vital para evitar crisis financieras generalizadas. Al mismo tiempo, los bancos tienen una huella medioambiental significativa y, en consecuencia, una gran oportunidad para mitigar sus impactos negativos sobre la naturaleza y el medio ambiente. Para ello, es necesario un enfoque coherente y coordinado entre los supervisores y la intervención de los organismos internacionales de estandarización.
Los datos de CDP Climate Charge demuestran que los grandes bancos siguen dando palos de ciego ante el abanico de riesgos que plantea la pérdida de naturaleza y degradación del medio ambiente. Ya hemos oído antes que los grandes bancos son ‘demasiado grandes para quebrar’, pero si no informan y actúan sobre la naturaleza y el medio ambiente es probable que se demuestre lo contrario. Los reguladores deben demostrar que han aprendido las lecciones de la crisis financiera y actuar con rapidez para imponer la divulgación de información medioambiental exhaustiva y holística y salvaguardar la estabilidad financiera.
A raíz del análisis realizado se proponen una serie de recomendaciones:
- Para el Consejo de Estabilidad Financiera y el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea: que integren los riesgos relacionados con la naturaleza y el medio ambiente en los marcos financieros mundiales y adapten los marcos para los bancos de importancia sistémica mundial. Esto incluye la mejora de las prácticas de gestión de riesgos, el ajuste de los colchones de capital para tener en cuenta la exposición a los riesgos medioambientales, la incorporación de métricas en las evaluaciones anuales y la modificación de los criterios de importancia sistémica para reflejar los riesgos relacionados con la naturaleza y el medio ambiente.
- Para los reguladores y supervisores financieros nacionales: que refuercen la normativa tanto para los bancos de importancia sistémica nacional y mundial con sede en sus países, de forma que: integren en sus marcos de gestión los riesgos relacionados con la naturaleza y el medio ambiente, desarrollen escenarios de riesgo específicos, apliquen colchones de riesgo sistémico, coordinen los esfuerzos de supervisión en todas las regiones, incentiven la mejora de la gestión de riesgos y la divulgación de información, y mejoren los procesos de seguimiento de los riesgos medioambientales.
- Para los bancos de importancia sistémica mundial: que aumenten las acciones relacionadas con la naturaleza y el medio ambiente, destacando las mejoras en la divulgación sobre riesgos relacionados con la naturaleza y los esfuerzos de colaboración mediante la adhesión a marcos como el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con la Naturaleza (TNFD). Esto implica alinear las políticas sobre el clima y la naturaleza, integrar las consideraciones medioambientales en todas las prácticas empresariales y ajustar las prácticas financieras -como los requisitos de capital y liquidez- para reforzar la resistencia frente a los riesgos relacionados con la naturaleza y el medio ambiente.
- Para el G20: que inste al Consejo de Estabilidad Financiera y al Comité de Supervisión Bancaria de Basilea a integrar los riesgos relacionados con la naturaleza y el medio ambiente en los requisitos de Basilea y en el marco de los bancos de importancia sistémica mundial; exigir una mayor transparencia y requisitos de información, y desarrollar criterios de evaluación y seguimiento para estos riesgos.