El sector de la construcción es el más contaminante del planeta. En 2021, fue el responsable de más del 34% de la demanda energética y alrededor del 37% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) asociadas a la energía y sus operaciones, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Ante el gran desafío de descarbonizarlo, este mismo organismo propone construir menos, reaprovechar los edificios ya existentes y usar materiales de origen biológico. En resumen, decir adiós a los grandes rascacielos.
En un nuevo estudio publicado, Materiales de construcción y el clima: Construyendo un nuevo futuro, realizado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Yale Center for Ecosystems + Architecture (Yale CEA), se alerta del rápido ritmo de edificación actual: cada cinco días se construyen en todo el mundo tantos edificios como los que ya existen en París.
Pero ahora nos llegan noticias que invitan al optimismo
Un número cada vez mayor de países está trabajando para descarbonizar los edificios, pero la lentitud de los avances y de la financiación pone en peligro los objetivos climáticos mundiales. Estas son las principales conclusiones de un estudio anual sobre el sector de los edificios y la construcción, publicado hoy por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Alianza Mundial para los Edificios y la Construcción (GlobalABC).
El Global Status Report for Buildings and Construction 2024-2025 – Not just another brick in the wall (Informe sobre la situación mundial de los edificios y la construcción 2024-2025 – no es solo otro ladrillo en la pared.
Destaca el progreso que se ha hecho en los objetivos climáticos mundiales correspondientes y pide una mayor ambición en seis retos, incluidos los códigos energéticos de los edificios, las energías renovables y la financiación.
Marcos e iniciativas mundiales como el Consejo Intergubernamental para los Edificios y el Clima, la iniciativa Buildings Breakthrough y la Declaración de Chaillot están impulsando la adopción de ambiciosas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), para los edificios de consumo neto nulo antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) que se celebrará en Belem (Brasil).
“Los edificios en los que trabajamos, compramos y vivimos representan un tercio de las emisiones y un tercio de los residuos mundiales», ha afirmado Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA.
«La buena noticia es que las medidas gubernamentales están funcionando. Sólo tenemos que hacer más y hacerlo más rápido. Por ello, animo a todos los Estados miembros a que incluyan planes para reducir drásticamente las emisiones de los edificios y la construcción y reforzar su resiliencia en sus nuevas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC).»
Al analizar la década transcurrida desde la firma del Acuerdo de París en 2015, el informe concluye que 2023 fue el primer año en que el crecimiento continuado de la construcción de edificios se desvinculó de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector asociado, que se han estancado.
Construcción circular, arrendamientos verdes, rehabilitación energética y el uso de materiales de baja emisión de carbono
Mediante la adopción de códigos energéticos obligatorios para los edificios alineados con el objetivo de emisiones netas cero, de estándares de rendimiento obligatorios, y aprovechando las inversiones en eficiencia energética, la intensidad energética del sector se ha reducido casi un 10%, mientras que la proporción de energías renovables en la demanda final de energía ha aumentado casi un 5%.
Otras medidas, como prácticas de construcción circular, contratos de arrendamientos verdes, modernización y rehabilitación energética de edificios existentes y el uso prioritario de materiales de baja emisión de carbono, pueden reducir aún más el consumo de energía, mejorar la gestión de residuos y disminuir las emisiones en general.
A pesar de estos avances, el sector sigue siendo un factor clave en la crisis climática, ya que consume el 32% de la energía mundial y contribuye al 34% de las emisiones mundiales de CO2.
Además, depende de materiales como el cemento y el acero, responsables del 18% de las emisiones mundiales y una fuente importante de residuos de la construcción.
Dado que aproximadamente la mitad de los edificios del mundo que existirán en 2050 aún no se han construido, es fundamental adoptar códigos de edificación ambiciosos en el ámbito de la energía.
Sin embargo, los datos apuntan a una reciente disminución de medidas de gran eficacia, como la instalación de bombas de calor, y más del 50% de las nuevas superficies construidas en economías emergentes y en desarrollo siguen sin estar reguladas por códigos de edificación.
El informe plantea un reto a los principales países emisores de carbono para que adopten códigos energéticos para edificios con cero emisiones de carbono antes de 2028, a los que deberán seguir el resto de países no más tarde que 2035.
Los códigos de construcción y la integración de planes de reforma de dichos códigos en la presentación en la actual propuesta de NDC, son fundamentales para alcanzar el Compromiso Mundial sobre Energías Renovables y Eficiencia Energética de la COP28.
Por último, todos los gobiernos, instituciones financieras y empresas deben colaborar para duplicar la inversión global en eficiencia energética en edificios, pasando de 270.000 millones de dólares a 522.000 millones de dólares para 2030.
La adopción de medidas de Responsabilidad Extendida del Productor y prácticas de economía circular – incluida una mayor vida útil de los edificios, una mejor eficiencia y reutilización de los materiales, el reciclaje, el diseño pasivo y la gestión de residuos– son fundamentales para ayudar a superar los déficits de financiación- mientras que los programas de formación de mano de obra son esenciales para cubrir las carencias de cualificaciones en el sector.
El PNUMA, los miembros de GlobalABC y otros socios continuarán apoyando a los países y empresas en la descarbonización tanto de edificios nuevos y existentes como de toda la cadena de valor del sector de la construcción, incluyendo mediante la utilización de estos datos para apoyar unas NDC más ambiciosas de cara a la COP30.