La ‘locura’ de los Centros de Datos en España: aceleran el ‘cambio climático’ y generan ‘crisis hídrica’

La ‘locura’ de los Centros de Datos en España: aceleran el ‘cambio climático’ y generan ‘crisis hídrica’

 

España se ha convertido en la meca de los Centros de Datos. Los gigantes tecnológicos de Silicon Valley han elegido nuestro país para llevar a cabo un acelerado desembarco de unas infraestructuras esenciales en este mundo hiperconectado, y que lo serán aún más con el crecimiento de la inteligencia artificial (IA).

Las administraciones locales, autonómicas y el Gobierno han dado una calurosa bienvenida a Amazon, Microsoft o Meta ―la matriz de WhatsApp, Facebook e Instagram― ante sus planes de instalar estos centros de España. Pero en una época en la que el agua no abunda ―y el cambio climático hará más frecuentes las sequías―, crece la preocupación por el elevado consumo de estos complejos.

El problema no es que gasten energía y agua, sino que el tamaño de estos centros hiperescala es gigantesco, descomunal, respecto a las otras cosas que conocíamos. Son ‘macrogranjas’ de datos.

Las empresas han optado por la segunda vía, la del agua, porque “es mucho más barata” que la electricidad para hacer funcionar estos aires acondicionados. No hay datos exactos de cuánto líquido necesita una instalación, pero una investigación de 2021 publicada en la revista Nature hallaba que un Centros de Datos de tamaño mediano (15MW) usa tanta agua como tres hospitales o dos campos de golf.

Por ponerlo en perspectiva, los tres centros de Amazon en Aragón llegarán a tener una capacidad de 300MW en total en la próxima década. Y aunque cada vez recurren a más agua reutilizada, cerca de la mitad de la que usan es potable.

En los últimos meses han proliferado numerosos proyectos de Centros de Datos por todo el territorio español

La posición geográfica de la Península Ibérica, el menor coste del suelo y del suministro eléctrico, junto a las numerosas protestas contra los Centros de Datos en el centro y norte de europa, han situado al Estado español en el centro de los planes de expansión del oligopolio tecnológico, fondos de inversión y otros actores.

Ecologistas critican que estos proyectos responden únicamente a criterios de rentabilidad para empresas privadas, como Amazon, Google, Meta y Microsoft, que invertirán 300.000 millones en Centros de Datos e infraestructuras asociadas a la inteligencia artificial (IA) en 2025, sin considerar el interés general ni los impactos ambientales.

A esta ola se han sumado importantes dirigentes políticos que prometen facilitar la llegada de estas empresas al territorio peninsular y colaboran en la creación de falsas expectativas como las del empleo.

Sin embargo, aunque estas infraestructuras se presentan como grandes oportunidades económicas, las experiencias conocidas demuestran que los empleos generados son muy inferiores a los anunciados, mientras que los beneficios acaban en las manos de las promotoras. Los problemas que generan, sin embargo, los sufrirá toda la ciudadanía.

Ver también:  Ivace+i: ayudas para 21 proyectos de ‘energías renovables térmicas’ en la Comunitat Valenciana

Consumo eléctrico ‘estratosférico’

En el caso de España, la potencia a finales de este año se situaba entre 300 Mw y 350 Mw, unas instalaciones que se pretenden como mínimo quintuplicar en 2030 ascendiendo a unas cifras entre 1.000 y 1.750 Mw.

Esto significaría un consumo anual entre 8,8 Twh y 15,33 Twh, lo que implica entre el 3,4% y el 5,9% del total de energía eléctrica consumida en España. Un consumo que superior al de cualquier comunidad autónoma, a excepción de Andalucía, Catalunya, Madrid y el País Valencià, y que podría retrasar varios años la neutralidad climática.

Ecologistas consideran que, en un contexto de emergencia planetaria, la reducción del consumo es imperativa, por lo que fomentar la implantación y la regulación “a la carta” de estos proyectos supone una irresponsabilidad que compromete la transformación energética necesaria.

En ese sentido, ecologistas señalan que el enorme consumo de estos Centros de Datos podría suponer la ocupación innecesaria de miles de hectáreas del territorio, o lo que es aún peor, “seguir dando alas a los combustibles fósiles y la energía nuclear”.

Elevado ‘estrés hídrico’

Además del consumo energético, los Centros de Datos demandan grandes cantidades de agua para refrigeración, ubicándose en zonas con estrés hídrico y riesgo de desertificación.

La instalación de Centros de Datos incrementará exponencialmente este consumo, concentrando la demanda en las zonas donde se ubiquen. Además estos centros necesitan aguas depuradas, ya que así tardará más en ocurrir el proceso de proliferación de algas y microorganismos que perjudican los componentes eléctricos, lo que incrementa el coste energético, social y ambiental.

En Talavera de la Reina, el pico del consumo de un centro de datos proyectado será de 120 litros por segundo, lo que equivale a más de la mitad del consumo total de la ciudad si funcionara a plena potencia todo el año y supondría un 7% del total de agua disponible en esa zona.

En Aragón, el consumo de agua de los centros de datos en el mes de julio equivaldría al consumo de una población de 95.000 personas, que, aunque existan actividades productivas  más consumidoras de agua, no deja de ser un consumo que impacta en regiones con un riesgo severo de sequía y desertificación.

Cabe recordar que, en Países Bajos, Meta decidió cancelar el proyecto que hoy se traslada a Talavera porque hubo una sequía y se les retiró la categoría de “proyectos de importancia nacional”, lo que suponía que ya no tenían suelo público reservado en exclusiva para ellos, ni agua asegurada en caso de escasez.

Los responsables políticos no parecen compartir esa preocupación en nuestro territorio, donde se calcula que, en el año 2030, el 40% de los españoles vivirá en zonas con escasez hídrica.

Referncia de contenido aquí