El mundo ha guardado un secreto durante más de 500 000 000 de años que tiene que ver con energía limpia e infinita. Un misterio que hoy toma un significado diferente debido a la necesidad de hallar nuevas formas de energía. Actualmente, la producción de energía eléctrica está basada esencialmente en el uso de recursos naturales no renovables como los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas).
Aunque efectivos, registran elevados niveles de contaminación y contribuyen el cambio climático. Bajo este espectro, es vital hallar nuevas formas de originar energía eléctrica, formas que vayan de la mano con energía limpia y sostenible. En estos momentos, la dependencia de los combustibles fósiles como fuente principal de electricidad se ha convertido en una preocupación mundial.
Otro factor no menor que explica la necesidad imperante de buscar nuevas formas de producir energía eléctrica es el incremento en la demanda energética. Conforme la población mundial crece y los países progresan, la demanda de electricidad se ensalza. Adicionalmente, la diversificación de las fuentes de electricidad brinda una mayor seguridad energética.
Una energía limpia e infinita desplazada durante millones de años se alza como una alternativa nueva
En este contexto, un grupo de investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, ha reparado en el potencial de las medusas bioluminiscentes Aequorea victoria como una fuente de energía renovable y sostenible. Son medusas que envuelven una proteína verde fluorescente (GFP) que permite que brillen y produzcan electricidad cuando quedan expuestas a la luz ultravioleta.
Además de utilizarla como fuente de energía, la GFP también puede aplicarse en el sector de la medicina, para detectar tumores, el virus del VIH y el estudio del Alzheimer. Este hallazgo le abre la puerta a nuevas tecnologías energéticas y biomédicas que podrían convulsionar diferentes sectores.
Pese a los compromisos internacionales de neutralidad de emisiones ideados para mediados de siglo, el despliegue rápido de energías limpias está sentando un precedente hacia un futuro más sostenible. La Universidad Tecnológica de Chalmers ha preparado un dispositivo fotovoltaico de GFP que usa células solares de silicio, conseguidas a partir de células vivas de la medusa Aequorea victoria.
Una energía limpia y sostenible se esconde bajo el mar: un grupo de expertos lo saca a la luz
Estas nuevas tecnologías descartan la necesidad de materiales costosos como el dióxido de titanio y podrían revolucionar el sector energético solar. Además, están explorándose dispositivos flotantes biomecánicos que se ponen en contacto con algas y bacterias para producir energía de manera sostenible y sin necesidad de una fuente de luz externa.
Siguiendo esta línea, esta región aterra con su idea para generar energía azul. Quieren utilizar las medusas, pero podrían detener las corrientes del mar.
La medusa gelatina cristal (Aequorea victoria) es un tipo de animal marino elegante y casi transparente con filamentos largos y delicados. Es capaz de dilatar su boca cuando recibe alimento hasta tragarse medusas de más de la mitad de su tamaño. Cuanto pasa por una alteración, difunde una luminiscencia verde-azulada bajo la iluminación especial, debido a más de 100 minúsculos órganos que están alrededor de la campana exterior.
¿Cómo es la medusa que proporciona energía limpia e infinita?
La medusa Aequorea victoria es cosechada por su aecuorina bioluminosa, que se emplea en experimentos neurológicos y biológicos para detectar el calcio. Nadan poco, más bien se dejan arrastrar por la corriente, flotando hacia la deriva.
En la incesante búsqueda de alternativas sostenibles a los combustibles fósiles, esta vez la ciencia ha explorado una forma asombrosa de crear electricidad: a partir de la luz ultravioleta de las medusas. Un secreto guardado durante más de 500 000 000 de años que podría proveernos de la ansiada energía limpia e infinita. Pero hasta que se determine hasta dónde llega este descubrimiento, te contamos qué pasa con la proliferación de medusas.