Corea del Sur ha impuesto un nuevo tipo de transporte que saca de la ecuación europea la electricidad y la combustión. El mundo está acelerado en su deseo de descarbonizarlo todo: desde la red eléctrica hasta la industria. Sin embargo, aún presenta ciertos problemas particulares con el transporte, que representa un importante porcentaje de las emisiones de efecto invernadero que llega a la atmósfera.
La exigencia es mucho más alta que antes, cuando el rendimiento era la máxima prioridad. Ahora, el rendimiento es solo una parte. Porque los combustibles para el transporte deben ser ecológicos, baratos, potentes, ligeros y lo suficientemente seguros para poder movilizarlos. Los combustibles fósiles, especialmente la gasolina y el diésel, han registrado resultados sumamente efectivos durante años.
Es por eso por lo que siempre se los recordará como los grandes protagonistas del avance de una amplia gama de máquinas móviles. Desde la Revolución Industrial, la humanidad se ha esmerado en ajustar su forma de extraerlos, refinarlos, distribuirlos y quemarlos en motores. Pero su “reinado” está llegando silenciosamente a su fin, con propuestas revolucionarias como las que propone Corea del Sur.
Corea del Sur impone un nuevo tipo de transporte en Europa
Bajo este marco, el conglomerado de Corea del Sur, Hyundai, ha irrumpido en el sector del transporte europeo con un autobús de hidrógeno. Viena, Austria, se ha convertido en testigo directo de un avance histórico en materia de movilidad sostenible con el inicio de las pruebas del primer autobús de hidrógeno de Hyundai en Europa.
El proyecto proveniente de Corea del Sur cuenta con el liderazgo de Wiener Linien, el operador de transporte de la capital de Austria, y durará tres años. Promete sorprender incluso más que la apuesta de Solaris, que se decantó sin ambages por su autobús de hidrógeno.
Creado por Hyundai en conjunto con la compañía eslovena TAM, este autobús dispone de una pila de combustible de 90 kW, combinada con baterías auxiliares y un motor eléctrico de 180 kW.
Uno de los rasgos más llamativos del autobús proveniente de Corea del Sur es su revolucionario método de almacenamiento de hidrógeno a 700 bar, con una capacidad de 35,15 kg. Se trata de una gran novedad para Europa.
Características del autobús de hidrógeno que llega de Corea del Sur
La disposición de esta tecnología permite lograr una mayor autonomía y un abastecimiento más eficiente, transformándola en una opción viable a las soluciones tradicionales cimentadas sobre el uso de los contaminantes combustibles fósiles.
Respecto a su carga, el autobús de Corea del Sur repostará en la estación de hidrógeno de Leopoldau, a cargo de Wiener Netze.
Su infraestructura realiza su función con hidrógeno generado a nivel local por Wien Energie, que asegura un ciclo de suministro más sostenible y acota la huella de carbono del sistema de transporte de la ciudad.
Corea del Sur está detrás del último hito en el transporte de Europa
Esta prueba solo es una parte de la propuesta más amplia por parte de Wiener Linien para integrar autobuses de hidrógeno a su flota.
Antes del hito que llega desde Corea del Sur, la empresa ya probó suerte con una pieza Arthur Bus y, para el verano de 2025, espera el arribo de 20 nuevos autobuses impulsados por hidrógeno.
10 recibirán su abastecimiento de CaetanoBus, con tecnología de pila de combustible de Toyota, y trabajarán en la Línea 39A. Los 10 restantes corresponderán a minibuses del sello del fabricante italiano Rampini, dirigidos a las líneas 2A y 3A.
La irrupción de estos vehículos es un paso crucial para modificar el transporte público de Europa, esta vez marcado por la tecnología que llega desde Corea del Sur. Un escenario parecido es el que nos permite vislumbrar esta ciudad española, que ya prueba suerte con autobuses de hidrógeno.