La Reserva Drácula, ubicada al norte de Ecuador, en la provincia de Carchi, fue declarada oficialmente como territorio OMEC (Otras Medidas Eficaces de Conservación basada en Áreas) este miércoles 7 de mayo. Esta área, compartida por el Municipio de Tulcán y la Fundación Ecominga, protege más de 4 200 especies de orquídeas y ha sido clave en la lucha contra la minería ilegal.
El reconocimiento asegura respaldo legal en la Reserva Drácula para evitar cambios en el uso del suelo y fomentar actividades sustentables. La zona promueve bioemprendimientos sostenibles como la agricultura, el avistamiento de aves y la bisutería hecha por mujeres indígenas.
Las OMEC son una categoría de áreas que están gestionadas por alguna entidad que no es el Gobierno nacional, en ocasiones privada o comunitaria, y ofrecen beneficios para la preservación de la biodiversidad de diferentes zonas del país con un alto nivel de recursos naturales.
Protegiendo la Reserva y sus maravillosas orquídeas Drácula
La Reserva Drácula, ubicada en la norteña provincia andina de Carchi, fronteriza con Colombia, ya fue denominada como espacio protegido en 2022 para un manejo compartido entre el municipio de Tulcán y la Fundación Ecominga. Este espacio natural se caracteriza por ser un punto de lucha contra la minería ilegal al norte del país y por albergar cerca de 4.200 especies de orquídeas, apuntó Ortega.
Para declarar esta área de protección natural, desde la Alcaldía de Tulcán, se impulsó hace tres años una ordenanza para cambiar el uso de suelo de más de 2.000 hectáreas de terrenos, ubicados en la parroquia Chical, para que, de esta forma, pasaran a ser zonas de valor intangible.
Tras la declaración que tendrá lugar este jueves, la Reserva Drácula pasará a ser la tercera OMEC comunitaria en territorio ecuatoriano, junto a las comunidades de San Francisco y Santa Rita, ambas ubicadas en la localidad de Archidona, provincia de Napo, que agrupan más de 5.000 hectáreas.
«Para nosotros, en realidad, el reconocer a las dos primeras OMEC comunitarias de nuestro país fue una gran demostración de compromiso, porque era un modelo de conservación que nace y tiene una iniciativa desde el terreno, desde la comunidad (indígena)», explicó Ortega. Este reconocimiento no solo realza el compromiso con la biodiversidad, sino que también moviliza recursos para la asistencia técnica y la producción sostenible, en colaboración con el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Bioemprendimientos en la Reserva Drácula
Como medida de autosuficiencia y desarrollo, estas comunidades realizan diferentes vías de bioemprendimientos, entre las que destacan la agricultura sostenible, diferentes formas de turismo como el avistamiento de aves, así como otras actividades como la bisutería. «Ellos respetan bastante sus sistemas agroproductivos, que son la chacra (huerto, en quechua), y nos demuestran que puede haber una producción sostenible en respeto con la naturaleza», aseveró Ortega.
La subsecretaria de Patrimonio Natural del Ministerio de Ambiente destacó el papel de las mujeres indígenas como lideresas en muchos puntos y sectores de producción de las comunidades amazónicas. «Son madres, esposas, tías, hijas… que además de tener todos esos roles, también tienen un rol en la chacra que ellas lideran, así como en las actividades turísticas y demás espacios que ayudan a trabajar, en este caso por su tierra y por su hogar», destacó la subsecretaria. EFE / ECOticias.com