Los mercados voluntarios de carbono permiten a los emisores de carbono compensar sus emisiones inevitables comprando créditos de carbono de proyectos que eliminan o reducen los gases de efecto invernadero de la atmósfera. Para asegurar la acción climática más efectiva, es crucial comprar créditos premium de proyectos de alta calidad.
A medida que la urgencia de combatir el cambio climático se intensifica, más organizaciones e individuos recurren al Mercado Voluntario de Carbono (MVC) para compensar su huella de carbono. Entre los diversos tipos de créditos disponibles, los créditos de carbono, biodiversidad y energía renovable premium son muy buscados debido a sus importantes beneficios ambientales.
El grupo operativo Carbono Olivar ha realizado un estudio mediante el que plantea que los agricultores que trabajan bajo la Denominación de Origen Estepa se podrían beneficiar de la venta de créditos en el mercado voluntario de carbono, obteniendo por ello más de 20 millones de euros.
¿Qué es la venta voluntaria de derechos de carbono?
Esta estimación parte de los datos obtenidos en una muestra de 440 hectáreas, correspondientes a quince fincas de la cooperativa Sor Ángela de la Cruz (Estepa), que han mostrado la capacidad de generar hasta 5.974 créditos de carbono.
Extrapolando esta ratio al conjunto del territorio amparado por la DOP Estepa, que son 50.000 hectáreas de olivar, arroja la cifra de 20.000.000 de euros, lo que pone de manifiesto el enorme potencial de este cultivo tradicional no solo como aliado climático, sino también como fuente de rentabilidad para los agricultores, ha destacado en un comunicado el grupo operativo Carbono Olivar.
Según los cálculos del equipo técnico, bajo este modelo de manejo regenerativo, cada finca en concreto podría llegar a secuestrar entre 7,5 y 20,6 toneladas de CO2 por hectárea a lo largo de cinco años, lo que representa un salto significativo respecto a las condiciones de manejo convencionales.
Este cálculo se traduce en la posible generación de hasta 5.974 créditos de carbono durante cinco años en el conjunto de fincas analizadas, lo que en el mercado voluntario podría representar un ingreso aproximado de 180.000 euros, solo para esas 440 hectáreas.
Este ingreso adicional reforzaría la sostenibilidad económica del cultivo del olivar, al tiempo que se contribuye a la lucha contra el cambio climático, ha subrayado el grupo operativo C-Olivar que reafirma que no solo se confirma el papel clave del olivar como sumidero de carbono, sino que abre la puerta a un modelo agrícola que recompensa económicamente a los productores por su contribución a la mitigación del cambio climático.
El proyecto C-Olivar es un grupo operativo financiado por la Junta de Andalucía y el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y del que forman parte el Consejo Superior de Investigaciones Científicas-CSIC (que integra al Instituto de Agricultura Sostenible -IAS- y a la Estación Biológica de Doñana -EBD-), la Universidad de Jaén, como centros generadores de conocimiento, y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Estepa que agrupa en torno a 50.000 hectáreas y aglutina a más de 5.000 olivareros, entre otros.
Entre los resultados previstos destacan la elaboración de una guía metodología para el cálculo de los créditos de carbono en el olivar, el desarrollo de una herramienta digital para orientar la toma de decisiones, o la creación de materiales de divulgación dirigidos a fomentar la implementación de prácticas de manejo que deriven en un incremento en la cantidad de carbono orgánico. EFE / ECOticias.com