Donald Trump, 100 días ‘aciagos’ para el futuro del Planeta

Donald Trump, 100 días ‘aciagos’ para el futuro del Planeta

Vamos a perforar, perforar, perforar. Donald Trump dejó claras ya al inicio de su campaña, en diciembre del año pasado, las prioridades de su «primer día» en la Casa Blanca si ganaba las elecciones, durante el cual sería un «dictador«, según bromeó.

El presidente de Estados Unidos hacía referencia a la extracción de combustibles fósiles como el gas y petróleo, principales culpables de la crisis climática, en toda una declaración de intenciones de lo que será su política energética y ambiental en los próximos cuatro años.

Antes, ya había calificado el cambio climático como ‘un gran engaño’ y había tachado las políticas verdes como de ‘la nueva estafa verde’.

Un análisis de Carbon Brief estima que la victoria del candidato republicano añadirá hasta 4.000 millones de toneladas de CO2 equivalente a las emisiones acumuladas de Estados Unidos para 2030 en comparación con las políticas de la administración Biden.

El magnate es un declarado negacionista del cambio climático (hace unos meses lo calificó como «una de las mayores estafas de todos los tiempos») y su vuelta a la presidencia del segundo país que más contribuye al calentamiento global hace (aún más) difícil el objetivo de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5ºC y, por ende, cumplir con el Acuerdo de París.

La idea de un medio ambiente sano para Donald Trump se limita a tener “el aire más limpio y el agua más limpia”. Un deseo que resulta imposible con sus promesas de permitir más perforaciones de petróleo y gas y sus intenciones de desmantelar toda agencia o norma en defensa del clima y la protección de la naturaleza.

¿Qué supondrá para el clima tener a un un negacionista del calentamiento global en la Casa Blanca?

Desde la salida del Acuerdo de París, rubricada el mismo día de su toma de posesión, hasta la firma este mismo jueves de una orden para impulsar la explotación de los fondos marinos, Donald Trump ha hecho de la acción climática uno de los blancos favoritos de los primeros 100 días de su segunda presidencia.

La imagen del dirigente rodeado de mineros mientras firmaba unas órdenes para impulsar el sector del carbón ilustra a la perfección la línea del mandatario en materia de medioambiente: el fomento de los combustibles fósiles y el recorte de recursos destinados a paliar el cambio climático.

Trump no tardó ni un minuto en dejar claras sus intenciones. «Vamos a perforar, perforar, perforar«, afirmó en su discurso inaugural, en el que también prometió eliminar los subsidios a los vehículos electrónicos y declarar una emergencia energética nacional.

Bye bye París

Horas después de asumir el cargo, Trump cumplió su amenaza de retirarse del principal tratado climático con el argumento de que limitaba el desarrollo y la soberanía de Estados Unidos.

La salida de EE.UU. del Acuerdo de París no será efectiva hasta principios de 2026, concretó la ONU.

Según los acuerdos aún vigentes, el país tenía una meta de financiación para la adaptación climática de 300.000 millones de dólares hasta el año 2035, acordada en la COP29 de Bakú del pasado noviembre.

En el mismo acto en el que dijo adiós a París, Trump declaró la anunciada emergencia energética, que le permite potenciar la producción de petróleo y gas, con nuevas perforaciones en Alaska. Este estado posee, dijo, un suministro «en gran medida sin explotar» de recursos naturales.

Impulso del carbón y la producción de minerales críticos

Nuevas órdenes ejecutivas pusieron el foco en la expansión de la industria minera, el impulso del carbón y la producción de minerales críticos.

Trump se refirió al carbón como algo «limpio y hermoso» en la simbólica escena de los mineros en la Casa Blanca, donde una veintena de ellos, con sus cascos y uniformes, aplaudieron las medidas para evitar el cierre de plantas y permitir a las empresas acceder a tierras federales.

Además, el secretario de Energía, Chris Wright, evaluará si el carbón utilizado en la producción de acero puede ser considerado mineral crítico, etiqueta que agrupa a materiales esenciales en la fabricación de productos de alta tecnología y tecnologías limpias.

Trump desea incluir el carbón en esa lista, lo que no hacen la UE ni otros países que no lo catalogan como un recurso escaso ni esencial.

Los minerales críticos están asimismo en el objetivo de la reciente orden para impulsar la explotación del fondo marino, al igual que las tierras raras, un sector clave en el que China tiene un dominio casi total.

Más petróleo y gas, nulas ayudas al coche eléctrico

Otros combustibles fósiles, el petróleo y el gas, han ganado terreno con la autorización de las perforaciones en 625 millones de acres federales.

Hasta 31 regulaciones sobre hidrocarburos y energías, como la necesidad de reportar las emisiones de gases, serán revisadas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para cambiarlas o, directamente, eliminarlas.

El administrador de la EPA, Lee Zeldin, huyó de cualquier eufemismo: «Estamos apuñalando en el corazón a la religión del cambio climático«.

Todo ello no fue óbice para que el 22 de abril, Día de la Tierra, Trump presumiera de impulsar políticas ambientales y de brindar a sus ciudadanos el aire y el agua «más limpios del mundo durante generaciones».

Las ayudas a los vehículos eléctricos han estado igualmente en el punto de mira de la administración, como demostró la congelación del programa NEVI, que aportaba 5.000 millones a la financiación de puntos de recarga.

Estos puntos serán clausurados en las oficinas gubernamentales cuando venzan los actuales contratos.

Efecto en empresas, advertencia de la ONUNi siquiera tuvo Trump que llegar al cargo para que, poco antes, los seis mayores bancos de EE.UU. abandonasen la Alianza Bancaria Cero Emisiones (NZBA en inglés), grupo comprometido con la neutralidad carbónica impulsado por Naciones Unidas. También la gestora de activos BlackRock se despidió de NZAM, una coalición similar, que, posteriormente, anunció la suspensión de sus actividades.

Pero el secretario general de la ONU, António Guterres, se ha mostrado firme al destacar que «ningún grupo ni gobierno puede parar la revolución de la energía verde» y añadir que las renovables «ofrecen el camino más seguro hacia la soberanía energética y la seguridad».

Este Presidente ‘nos está matando’

El aluvión de medidas de Trump ha generado críticas airadas entre los defensores de las políticas medioambientales, entre ellos reconocidos activistas como la actriz Jane Fonda, que ha asegurado sobre Trump: «Nos está matando (…). Está del lado de la muerte». EFE / ECOticias.com

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