Día Mundial de los Animales 2024, zoológicos sí o no, he ahí la cuestión

Día Mundial de los Animales 2024, zoológicos sí o no, he ahí la cuestión

 

Día Mundial de los Animales 2024: la cría en cautividad es muy polémica aunque es una de las opciones preferidas por los expertos para conservar especies en peligro de extinción. Sin embargo los grupos ecologistas denuncian las malas prácticas por parte de parques zoológicos y rechazan de plano su actividad.

La Tierra se enfrenta a la sexta extinción masiva, según advierten científicos de todo el mundo, como consecuencia de la actividad humana. Un millón de especies de animales y plantas, de los ocho millones existentes, están en peligro de extinción, tal y como señala la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES2). En el caso concreto de los mamíferos, el 23% de las especies están amenazadas, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La deforestación y la devastación de los hábitats naturales son algunas de las principales causas que destacan los expertos para este fenómeno, que cobra especial atención en el Día de los Animales 2024, que se celebra cada 4 de octubre desde 1925. 

Ante esta crisis, la protección de la biodiversidad es un desafío urgente que obliga a las instituciones a buscar soluciones efectivas. En Galicia, el Colexio Oficial de Biólogos ha solicitado a la Consellería de Medio Ambiente e Cambio Climático la puesta en marcha de planes de recuperación y conservación.

¿Maltrato animal para proteger a las especies?

Una de las estrategias más defendidas por los expertos es la cría en cautividad, que no solo aumenta el número de individuos de cada especie, sino que también preserva su diversidad genética, algo vital para su supervivencia y próxima reintroducción en la naturaleza. Constituye una técnica de conservación ex situ, ya que se produce fuera del rango de distribución de la propia especie y cuenta con el apoyo de la UICN en sus Directrices técnicas sobre la gestión de poblaciones externas para su conservación.

La meta de estos programas es alcanzar un número suficiente de individuos que permita reintroducir la especie en su entorno original. Txema López, representante de la Federación Fauna, destaca que los zoológicos cuentan con elevados estándares, bajo programas coordinados como el Programa Europeo de Especies en Peligro (PEEP), que prioriza la diversidad genética y la salud de las poblaciones en cautividad, aunque hay millones de detractores.

Los zoos no son la única vía de cría en cautividad. En Alemania, el programa piloto CITIZEN CONSERVATION permite que especies menos atractivas para su exhibición sean criadas en hogares de personas con experiencia en su cuidado.

A pesar de los beneficios, estos programas enfrentan críticas por parte de grupos animalistas, que advierten sobre el estrés que el cautiverio puede generar en los animales. Algunos individuos pueden sufrir y desarrollar estereotipias, pero defiende que otros se benefician, al verse protegidos de los depredadores.

Insiste en que no existe alternativa y que los artículos científicos y la práctica del día a día demuestran que estos programas funcionan. «Lo único que podemos hacer es tomar iniciativas para intentar conservar de alguna manera aquello que está desapareciendo poco a poco. No conservarlo no es una opción«, sentencia.

Además de su impacto en la conservación, los parques zoológicos cumplen una función educativa. La ley obliga a que desarrollen iniciativas pedagógicas, para que la exposición de especies no sea solo recreativa.

Los proyectos como el alemán permiten la participación activa de la sociedad: «Puedes poner tu granito de arena dentro de tus posibilidades, eso es muy importante». Sin embargo, lamenta que en España se avanza tímidamente en esta materia y advierte que «el listado positivo de la Ley de Derechos Animales no va a ayudar, va a poner muchos palos en las ruedas de la conservación«.

Zoos el enemigo a ‘batir por los grupos animalistas

Rosi Carro cuenta con un Postgrado en Antrozoología por la Universidad Autónoma de Barcelona y es Coordinadora científica de la Plataforma ZOOXXI.

Desde su colectivo, que logró la modificación de la ordenanza para la reconversión del zoo de Barcelona, se muestran críticos con esta perspectiva: «La idea de que es necesaria la cautividad para la conservación de las especies es un mantra que repiten mucho, pero en muchos casos esto no es así, un ejemplo muy claro son los grandes simios«.

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Explica que la UICN señala que están en peligro de extinción, pero no recomienda su cría en cautividad en parques zoológicos porque poseen una serie de características que hacen que sufran.

Denuncia que los zoos son negocios que se dedican a la exhibición de animales, que en muchos casos no se introducen legalmente y «no tienen una repercusión directa en la conservación de las especies en peligro de extinción«. Su propuesta contempla la reproducción en cautividad exclusivamente para los casos que estén asociados a programas de reintroducción. 

Reconoce que los parques zoológicos cuentan con personal capacitado, pero considera que su conocimiento debería aplicarse en centros que trabajen directamente en la naturaleza, en colaboración con instituciones. ZOOXXI promueve una visión de «conservación compasiva«, que pone en el centro el bienestar individual de los animales.

«La conservación tradicional se preocupa de que las especies estén bien para que no se extingan, aunque eso pueda implicar hacer daño, mientras que la conservación compasiva entiende que esas especies están formadas por individuos que sufren«, explica Carro. Además, denuncia la práctica de sacrificar animales sanos en los zoológicos simplemente por falta de espacio o porque ningún otro parque los quiere.

La función pedagógica de los parques también está en entredicho para este grupo animalista. Creen necesario que implementen cambios muy profundos, como «reconocer que son instituciones colonialistas y explicar lo que supone ser un individuo consciente encerrado en una instalación». Los zoológicos son lugares de ocio, explica Carro, pero existen alternativas más interesantes para educar sobre los animales, como representaciones básicas o tecnológicamente avanzadas. «La gente cree que lo que está haciendo allí pagando su entrada es algo positivo, pero, en realidad, está atrapada por esa fascinación que sentimos hacia los animales«, concluye.

Hay otros refugios para las especies peligro de extinción

Aunque los parques zoológicos preocupan a los colectivos animalistas, existen otros tipos de instalaciones dedicados a la preservación de especies amenazadas que sí cuentan con su confianza, como los enfocados a la conservación del lince ibérico o la Finca Experimental La Hoya, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que protege cuatro especies de mamíferos ungulados norteafricanos (gacelas y muflón del Atlas) que se encuentran amenazados o en peligro de extinción.

En sus artículos, destacan que «sería deseable no tener que recurrir a estos programas«, sin embargo, entienden que, en ocasiones, representa la única alternativa a la extinción de las especies. Consideran importante reconocer a tiempo esta necesidad, para partir de un número suficiente de individuos, que permita mantener la variabilidad genética de la especie.

Falta de ambición política en la conservación de animales protegidos

Con motivo del Día Mundial de los Animales 2024, diversas organizaciones ecologistas han reclamado una mayor protección para las especies terrestres y marinas amenazadas en España, puesto que solo una de cada cinco especies cuenta con planes específicos. Laura Moreno, de Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), ha señalado que el concepto de animal se vincula mayormente a las mascotas, lo que deja desprotegidas a las especies salvajes frente a amenazas como el tráfico ilegal y la pérdida de biodiversidad.

Moreno también ha criticado la falta de ambición política en la protección de los hábitats, ya que las autonomías tienen la responsabilidad de aprobar los planes de conservación. A pesar de los compromisos de España para proteger el 3% de su territorio en forma de parques y reservas nacionales para 2030, solo se ha alcanzado un 0,6%.

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