Hoy 1 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Ecología, con el propósito de recordar a todo el mundo la importancia de conocer y valorar las relaciones que existen entre los seres vivos y su medio, y sensibilizar a la comunidad de la necesidad de mantener una relación de armonía con el medio ambiente.
Propuesto en 1866 por el biólogo alemán Ernst Haeckel, el término “ecología” designaba inicialmente una ciencia ambiental. La misma está centrada en el estudio de las interacciones de los seres vivos entre sí y con su entorno o medio ambiente.
Sin embargo, la interpretación moderna que surgió a partir de la década de 1960 le ha dado a la ecología una nueva definición. La ecología, tal como la vemos hoy en día, tiene su origen en los movimientos en pro de la defensa del medio ambiente.
Ese fue el germen de la actual conciencia global sobre el cambio climático. Y de los efectos nocivos que las actividades humanas tenían en su propio entorno. Lo que afectaba no solo al medio ambiente, sino que terminaba por repercutir en la salud y la calidad de vida de los mismos humanos.
E ser humano es culpable de los más diversos tipos de contaminación (química, aérea, sonora, lumínica, etc.). Y de la emisión de GEI que promueven el agravamiento del calentamiento global.
Además de la deforestación y la destrucción de la biodiversidad (por captura, caza o extinción). De la generación de cantidades ingentes y no recuperables de residuos. Y del irresponsable despilfarro de recursos de todo tipo en su afán de tener confort, a costa de lo que sea.
La ecología pretende poner límites y responsabilidades al ser humano cuando no respeta el medio ambiente
La ecología pretende limitar los impactos que las actividades humanas puedan tener en el medio ambiente y en los demás seres con los que compartimos el planeta. Y busca encontrar el equilibrio que permita a nuestras sociedades seguir viviendo de forma sostenible en el corazón de esos mismos ecosistemas.
Hablamos de vivir basándonos en la sostenibilidad. Es decir, consumiendo de forma responsable, si agotar recursos, ni contaminarlo todo a nuestro paso. La ecología propugna el mantenimiento de un necesario equilibrio ecosistémico que impida que acabemos con el único sitio habitable del que tenemos conocimiento.
Es un movimiento en el que todos los humanos tenemos un papel que desempeñar. Este rol es el que hace que tratemos de comprender mejor los problemas ecológicos derivados de nuestras actividades. Con la meta de implicarnos para darles una solución. Porque si no lo hacemos, seremos incapaces de preservar nuestra salud, la de nuestros hijos y la de nuestro planeta.