Hallan la fuente de energía más potente de la historia que se produce fácilmente. Solo se necesita una ligera mezcla de agua y luz. Un proyecto arrollador que se une al impacto ocasionado por este inédito descubrimiento de energía en la Antártida.
Existen varios tipos de energía en el mundo, algunos renovables y otros no renovables. Dentro del primer grupo destacan la eólica, solar y la hidráulica, entre otras. Sin embargo, existe otro tipo de energía que se tiene menos en cuenta, pero alberga un gran potencial: la energía azul u osmótica.
Aunque menos conocida, se torna como una de las fuentes renovables con mayor potencial de cara al futuro. El futuro del planeta radica en el reemplazo de los combustibles por energías renovables. Su empleo favorece el equilibrio en el medio ambiente y evita el tener que recurrir a recursos contaminantes, que son devastadores para el planeta a corto y largo plazo.
En este contexto, la energía azul podría ser justo lo que la humanidad necesita para tomar impulso y dejar los combustibles fósiles a un lado. También denominada energía osmótica, la energía azul es una fuente de energía que se genera cuando se pone en contacto el agua del mar, con una mayor concentración de sales, con el agua dulce, que alberga una concentración menor.
Al igual que la hidroeléctrica o mareomotriz, la azul tiene su origen en mares y ríos. Cuando el agua dulce interacciona con la sal, la diferencia de esa salinidad pasa a ser una renovable. Un ejemplo claro sucede cuando un río desemboca en el mar. Asimismo, uno de los beneficios aportados por este recurso es que no requiere de condiciones extraordinarias para funcionar. Esta característica permite que esté en acción durante todo el día.
Agua y luz: los dos únicos elementos que necesitan elaborar esta energía renovable
Es posible crear energía osmótica con agua, sal y una membrana de 3 átomos de espesor. El concepto es fácil de comprender. Una membrana semipermeable separa dos líquidos con concentraciones diferentes de sal y los iones de sal atraviesan la membrana hasta que las dos concentraciones quedan equilibradas. Básicamente, un ion es un átomo con carga eléctrica, por lo que el movimiento de los iones podría emplearse para producir electricidad.
Sin embargo, ahora un grupo de investigadores del Laboratorio de Biología Nanométrica de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza (EPFL), también ha creado un sistema de generación de energía osmótica de una eficiencia nunca visto.
La innovación está basada en una membrana de apenas tres átomos de espesor que separa ambos fluidos. El estudio fue publicado en la revista Nature. Su potencial registrado abre la puerta para que este sistema puede llegar a las desembocaduras de los ríos del mundo, donde su agua dulce tiene contacto con la salinidad del mar, para producir una imponente fuente de energía limpia.
El sistema de EPFL reside en dos compartimentos plagados de líquido separados por una membrana ultradelgada de disulfuro de molibdeno (MoS2). La membrana dispone de un diminuto agujero, o nanoporo, por el que los iones del agua de mar pasan al agua dulce, hasta que las concentraciones quedan igualadas en ambos líquidos. Conforme los iones atraviesan el poro, sus electrones se transfieren a un electrodo que se utiliza para producir la corriente eléctrica.
Así es la fuente de energía más potente del mundo: solo necesita agua y algo más
Cuanto más delgada sea la membrana, más corriente se genera. Y la de EFPF registra un espesor de tres átomos. Las propiedades del material MoS2 son óptimas para que los iones de carga pasen mientras rechaza la mayoría de los de carga negativa. Este escenario ocasiona un voltaje entre los dos líquidos, conforme uno acumula carga positiva y otra negativa. Dicho voltaje es lo que origina el flujo de la corriente provocada por el paso de los iones.
Los investigadores aseguran que este nuevo sistema de energía osmótica alberga un potencial inmenso. Un potencial del que te contamos más en este artículo.