Las aves limícolas migratorias (del latín limus, significando ‘que vive en el limo o lodo’) son parte de las Charadriiformes. Son un grupo de aves acuáticas relativamente diverso que comprende las siguientes familias: Suborden Limicoli. Familia Scolopacidae: andarríos, agachadizas, correlimos, falaropos y afines. En el marco de la COP 16 sobre Biodiversidad, que se encuentra en sus últimos días de negociaciones, se publica una nueva actualización de la Lista Roja de la UICN que reclasifica 16 especies de aves limícolas a categorías de amenaza más altas. Las cifras son nefastas, algunas poblaciones de aves limícolas migratorias han disminuido en más de un tercio.
En España, según el Libro Rojo de las Aves se determina que un 18% de las aves para las que se ha establecido alguna categoría de amenaza son especies marinas o costeras, lo que estaría indicando el mal estado de conservación de los ambientes costeros y humedales. Organizaciones ecologistas, hacen un llamamiento unificado a los gobiernos en la COP16 sobre Biodiversidad para que intensifiquen las acciones urgentes en favor de las especies con el fin de revertir el declive y detener las extinciones.
La última actualización de la Lista Roja de Especies Amenazadas™ de la UICN revela un declive muy preocupante de las poblaciones de aves limícolas migratorias en todo el mundo, con 16 especies reclasificadas a categorías de mayor amenaza1. La ciencia demuestra el enorme impacto negativo de la disminución de las poblaciones de especies, con la consiguiente alteración de ecosistemas enteros y cadenas alimentarias. Dado que las aves migran más allá de las fronteras, la nueva actualización pone de relieve la necesidad de una mayor colaboración de los gobiernos sin demora para revertir las pérdidas de aves migratorias.
La COP16 debe ser el catalizador para que los gobiernos respalden los compromisos adquiridos hace dos años con medidas significativas para invertir el catastrófico declive de las poblaciones de especies. Esto significa más acción para reforzar los esfuerzos de recuperación de especies amenazadas, más acción para proteger y restaurar más tierra, agua dulce y mar, y más acción para transformar nuestros sistemas alimentarios, energéticos e industriales, respaldada por la financiación necesaria. El declive de las aves migratorias, que conectan a personas de distintos países y continentes, es un poderoso símbolo de cómo estamos fracasando en la actualidad.
Las aves son importantes indicadores del estado de la naturaleza: están presentes en casi todas partes, su comportamiento y ecología suelen reflejar los de otros grupos de especies, están muy bien estudiadas y son sensibles a los cambios ambientales. Con una de cada ocho especies de aves en peligro de extinción y el 60% de las especies de aves en declive en todo el mundo, la disminución de las poblaciones de aves es señal de ecosistemas en crisis. Muchas aves migratorias siguen rutas específicas denominadas corredores migratorios3, deteniéndose en diversos lugares a lo largo del camino para descansar y alimentarse. Esto las hace especialmente vulnerables a amenazas como la pérdida de hábitats y el cambio climático.
Aunque muchas de estas aves costeras siguen siendo numerosas y es frecuente encontrarlas a lo largo de sus rutas migratorias, nuevos análisis de datos procedentes de programas de seguimiento a largo plazo revelan que las poblaciones mundiales de algunas especies han disminuido en más de un tercio en las últimas décadas. En algunos casos, el ritmo de declive se está acelerando, lo que subraya la urgente necesidad de investigar para diagnosticar las causas y coordinar las medidas de conservación para abordarlas.
Las aves costeras se pueden observar con suma facilidad recorriendo las playas o alimentándose en las marismas costeras y en algunas zonas húmedas del interior. Las zonas costeras donde viven muchas de estas aves también sirven de sustento a millones de personas, ya que les proporcionan alimentos, puestos de trabajo y protección contra las tormentas. Por tanto, proteger a las limícolas es esencial no sólo para ellas, sino también para las comunidades costeras que dependen de estos hábitats.
El peligroso declive de las aves migratorias es señal de que la integridad de las rutas migratorias se está deteriorando. Perder la red de hábitats de los que dependen las aves migratorias para descansar y alimentarse durante sus largos viajes podría tener graves consecuencias para los millones de personas que dependen de estos lugares, así como para las aves.
Sólo nos quedan cinco años de esta década decisiva. La COP16 sobre Biodiversidad es el momento de impulsar la acción para detener e invertir la pérdida de naturaleza para 2030. La caída en picado de las poblaciones de aves migratorias indica que la naturaleza está en crisis. Cuando perdemos especies, nuestro futuro se ve comprometido. La pérdida de naturaleza puede revertirse, pero las extinciones no.
Situación de las aves limícolas migratorias en España
El Libro Rojo de las Aves de España, evaluó el estado de conservación de 359 especies de la avifauna española, constatando que más del 50 % de las especies de aves evaluadas presentaban problemas de conservación, y que 90 de ellas se encuentran dentro de las categorías de amenaza establecidas por la UICN.
Los datos ofrecidos en las evaluaciones recogidas en el Libro Rojo revelan que las principales amenazas para las aves son los retos a los que actualmente nos enfrentamos como sociedad. Nos encontramos en un momento clave en la COP16. Compatibilizar la lucha contra el cambio climático con la conservación de la biodiversidad, conseguir sistemas agroalimentarios realmente sostenibles y restaurar hábitats para garantizar el buen funcionamiento de los ecosistemas son objetivos necesarios para mejorar el estado de conservación de las especies y para garantizar un futuro con calidad de vida para las personas”.
Con relación a las aves costeras migratorias la situación en España no ofrece un mejor panorama. Así, en el Libro Rojo de las Aves en España determina que un 18% de las aves para las que se ha establecido alguna categoría de amenaza son especies marinas o costeras, lo que estaría indicando el mal estado de conservación de los ambientes costeros y humedales.
Entre ellas, a nivel estatal, destacan por su grado de amenaza las siguientes:
- Agachadiza común, evaluada como En Peligro como reproductora en España, es un ave muy discreta con un característico movimiento sincopado cuando se desplaza. Como reproductora únicamente se encuentra en dos reducidas zonas del sur de Orense y varios puntos del Sistema Central,
- De la aguja colinegra, evaluada la población reproductora como En Peligro Crítico y la invernante como Vulnerable, recibimos en invierno ejemplares de dos poblaciones muy separadas geográficamente, una de Islandia y la otra del norte de Eurasia. A nivel estatal solo esta especie sólo se reproduce en las lagunas endorreicas de Villafáfila (Zamora) y en algunos arrozales de Doñana y Extremadura.
- Chorlitejo patinegro. Pequeña ave evaluada con la categoría de Vulnerable, que únicamente se reproduce en algunos puntos de la mancha húmeda y Extremadura, así como en algunos arenales del mediterráneo, en la costa gallega y en la provincia de Gran Canaria, siendo muy vulnerable a las limpiezas periódicas de las playas para el uso turístico.
- Ostrero euroasiático, para la que su población reproductora se ha evaluado como En Peligro, y que únicamente se reproduce en el delta del Ebro, en unos pocos puntos de la costa cantábrica: Rías Baixas (rías de Vigo y Arousa), costa de A Mariña (Lugo) y del oeste asturiano, y Cantabria. Su población invernante, procedente de Europa, es más abundante en marismas, frecuentando salinas y arenales costeros.
- Zarapito real, evaluada la población reproductora como En Peligro Crítico, especie para la que únicamente se conocen citas de reproducción en pastizales en zonas de marisma y prados de siega en Lugo, en la comarca de la Terra Chá.
Otras especies de aves migratorias consideradas como amenazadas que utilizan estos ambientes serían la espátula común, la canastera común o el charrán patinegro cuyas poblaciones han sido evaluadas en el Libro Rojo de las Aves en España con el grado de ‘Vulnerable’.