La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) mantiene la Lista Roja de Especies Amenazadas como el estándar internacional para clasificar el riesgo de extinción a nivel global. Este instrumento informa políticas de conservación, orienta prioridades e impulsa acciones a nivel local, regional y mundial. Más que un simple inventario, la Lista Roja aplica un conjunto de criterios cuantitativos que buscan ser igualmente aplicables, comprensibles y transparentes para todos los grupos de organismos.
Marco de evaluación
Categorías de la Lista Roja
Las especies se ubican en nueve categorías, desde Extinta (EX) hasta No evaluada (NE), pasando por En peligro crítico (CR), En peligro (EN) y Vulnerable (VU), entre otras. Las tres categorías CR, EN y VU agrupan a las “especies amenazadas”, aquellas que presentan un riesgo elevado de extinción sin intervenciones adicionales.
Criterios cuantitativos (A–E)
Para asignar una categoría “amenazada” o “crítica”, se evalúa si la especie cumple alguno de los siguientes criterios principales:
A. Reducción de población: caídas superiores al 80 % en tres generaciones o diez años (o 90 % si las causas ya cesaron).
B. Alcance geográfico restringido: extensión de ocurrencia < 100 km² o área de ocupación < 10 km², acompañada de fragmentación o fluctuaciones extremas.
C. Tamaño de población pequeño: menos de 2 500 individuos maduros con descenso continuado o alta concentración en subpoblaciones pequeñas.
D. Población muy pequeña: menos de 250 individuos maduros.
E. Análisis cuantitativo: probabilidad ≥ 50 % de extinción en un plazo de tres generaciones o diez años.
Estos umbrales permiten una evaluación objetiva y reproducible, incluso cuando la información disponible es limitada, siempre que las estimaciones sean razonablemente fundamentadas.
Proceso de evaluación y revisión
Recopilación y análisis de datos
Especialistas de cientos de organizaciones —como BirdLife International, NatureServe o la Sociedad Zoológica de Londres— colaboran aportando datos sobre distribución, tendencias poblacionales y amenazas específicas. La aplicación de modelos estadísticos y estudios de campo recientes garantiza que las estimaciones reflejen la realidad ecológica y las presiones antrópicas.
Revisión por pares y actualización periódica
Cada ficha de evaluación pasa por un riguroso proceso de revisión por pares dentro de las Autoridades de la Lista Roja (RLA), grupos de expertos designados por la UICN. Las evaluaciones se actualizan al menos cada 4–5 años, aunque muchos grupos taxonómicos se revisan anualmente entre abril y mayo para reflejar nuevos hallazgos y cambios en las condiciones de amenaza.
Guías y versión vigente
La última versión de las “Guidelines for Using the IUCN Red List Categories and Criteria” es la 16 (marzo de 2024) y ofrece aclaraciones sobre aplicación de criterios, tratamiento de incertidumbres y casos especiales (p.ej., especies con datos insuficientes).
Retos y consideraciones
Falta de datos y sesgo taxonómico
Más de la mitad de los taxones evaluados, especialmente invertebrados y plantas, carecen de estimaciones fiables, lo que dificulta su clasificación adecuada. Esta brecha puede subestimar el estado real de la biodiversidad global, pues muchas especies menos estudiadas podrían estar más amenazadas de lo que sugiere la Lista Roja.
Amenazas emergentes
El cambio climático, la contaminación química y la aparición de enfermedades silvestres plantean nuevos desafíos para el seguimiento de tendencias y la predicción de riesgos futuros. Incorporar escenarios de cambio climático en los análisis cuantitativos es una prioridad para próximas versiones de los criterios.