“Si tuviera que pensar dónde comenzó todo diría que fue al decidir levantar la mano y participar en la Feria Antártica Escolar”, así lo reflexiona Catalina Taccone. Te invitamos a conocer un poco de la historia de la joven penquista, agente de cambio de la red de Ashoka.
Una joven penquista apasionada por la innovación social y la facilitación de espacios colaborativos, que fundó a los 18 años, junto a un grupo de amigos, la Corporación Motum, una organización que moviliza a las juventudes por un futuro sostenible.
Nacida en Los Ángeles, pero una penquista de corazón, según se define, Catalina desde temprana edad sintió la motivación de salir de los márgenes y sumar experiencias. Es así que mientras cursaba su segundo año de enseñanza media, al darse la oportunidad de presentar un proyecto científico y viajar a la Antártica, no lo dudó mucho y levantó su mano.
“Así nos sumamos con mi amiga Pamela Noche, a este desafío y vinculamos dos materias, biología y física, metiéndonos de lleno en la investigación y desarrollando un ROV sumergible, un submarino eco amigable para investigar los bentos antárticos, es decir los seres vivos que están sobre la superficie del suelo marino”, recuerda con cariño Catalina.
Aunque no lograron visitar la Antártica, toda la experiencia nutritiva y reconocimiento les abrió las puertas a participar en diferentes ferias y concursos internacionales como Junior del Agua, donde ganaron para representar al país en la competencia internacional desarrollada en Estocolmo, Suecia.
“Lo que más valoré de todas estas experiencias es que pude darme cuenta de la pasión que sentía por conocer y conectar con personas, ver las distintas ideas de jóvenes que tenían un impacto social, porque si bien lo que nosotros estábamos haciendo era un proyecto de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), también tenía un impacto social”, explica.
Pasando la crisis de no saber que estudiar, Catalina no pudo olvidar las maravillosas experiencias que tuvo y reflexionó que lo que más le gustaba era el impacto social además de tejer redes.
“Mi amigo Benjamín Cofré me comento sobre TEDx Young Laguna Tres Pascualas y me metí más en todo este mundo y organizamos nuestro propio encuentro bajo el eslogan “los jóvenes son el futuro porque no también el presente”, que se alineaba justamente con los cuestionamientos que estaba teniendo en ese momento”, detalla.
Nacimiento de Motum
“Desde ahí comencé a participar de muchas otras instancias de networking, festivales y aprendiendo del ecosistema de innovación social, surgiendo la idea de formar una organización por quienes en ese entonces teníamos 18 años. Así nace la Corporación Motum desde la base de creer en el potencial joven”, explica Catalina.
Esta organización sin fines de lucro creada por jóvenes para jóvenes se enfoca en impulsar proyectos que promuevan el desarrollo sostenible de Chile y América Latina, con foco en acción por el clima, construcción de paz y generación de alianzas por la sostenibilidad.
“Hemos ido madurando y formando el propósito de la organización que es hoy día movilizar a jóvenes agentes de cambio para la construcción de un futuro sostenible, teniendo en cuenta la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, detalla.
En este crecimiento llega a su vida la Fundación Tremendas, como un espacio para generar redes con jóvenes que al igual que ellas estaban empoderadas, junto con ello también se presenta la oportunidad de ser parte de Ashoka, que según destaca Catalina fue una oportunidad que validó y le entregó reconocimiento por lo que estaba impulsando como joven agente de cambio.
“Creo que para mí Ashoka ha sido eso, un respaldo, una validación y un reconocimiento como joven agente de cambio y ser parte de esta red que no es menor. Con Ashoka también hemos realizado colaboraciones con Motum, entonces creo que eso igual ha sido súper relevante y estoy muy agradecida”, valora.
Catalina comentó a Diario Sostenible que muchas veces escuchó y le dirigieron la frase “el que mucho abarca poco aprieta”, teniendo sentimientos encontrados con ella, porque si la hubiera tomado de forma literal no habría vivido muchas experiencias y aprendizajes.
“Cómo vas a saber qué tanto puedes abarcar y hacer si no lo intentas y no sales de tu estado de confort, así que creo que es algo bastante ambiguo. Por eso les aconsejaría a los niños, niñas y jóvenes también a cuestionarse el mundo, preguntas como por qué estoy aquí, quién quiero ser y de qué forma quiero ayudar, son sumamente importantes”, reflexiona.
“Somos agentes de cambio por naturaleza y eso es muy cierto, porque estamos influyendo ya sea que participemos o no en el cambio. Los invito a soñar, a levantar la mano, salir también del ámbito escolar y conocer nuevas personas”, finaliza.