Cantabria ha superado los meses más críticos -de noviembre a abril- en incendios forestales, el «99 por ciento» de ellos intencionados por la creencia de que el fuego regenera el pasto y avivados por el viento del sur, con un balance provisional de 392 incendios y 2.800 hectáreas quemadas en lo que va de 2025.
«No se nos ha ido de las manos«, destaca el director general de Montes y Biodiversidad del Gobierno cántabro, Ángel Serdio.
A pesar de contar con el 1 por ciento del territorio nacional, Cantabria suele terminar el año con un 14-15 % de la superficie quemada del conjunto del país. Esa cifra se rebaja este año a cerca del 10 %.
El Ejecutivo cántabro no ha tenido que activar hasta abril el nivel de emergencia por incendios forestales ni tampoco ha necesitado la ayuda de medios externos como la Unidad Militar de Emergencias. «Ha sido una campaña llevadera«, considera Serdio.
En 2024 hubo un total de 522 incendios forestales y una superficie quemada de 9.800 hectáreas
Al contrario de lo que puede ocurrir en zonas más mediterráneas de España o en Portugal, donde suelen darse grandes incendios forestales en verano, Cantabria sufre todos los años los efectos del fuego en invierno y a principios de primavera.
Estos incendios forestales son pequeños, recurrentes, afectan sobre todo al matorral y avanzan pendiente arriba hacia la cumbre, lo que dificulta su extinción.
Los principales focos de incendios forestales durante esos meses son la zona pasiega y el Nansa.
«El 99,9 por ciento» son causados por incendiarios que aprovechan las condiciones de fuertes vientos del sur de esta época por «una errónea creencia de que el fuego ayuda a regenerar el pasto«, lamenta Serdio.
Y señala que las quemas controladas, autorizadas por la Administración, son una buena herramienta, porque hacen arder matorral para regenerar pasto y también «ayudan a minimizar incendios».
«Sin embargo, de mala manera, a lo bestia y sin ningún control se produce el efecto contrario«, advierte.
El año pasado hubo 7 detenidos y en dos años han identificado a 50 presuntos responsables de incendios forestales
La labor de los incendiarios se complica al llegar mayo, ya que dejan de ser tan frecuentes las ‘suradas’ -episodios de fuerte viento del sur-, la vegetación está ya verde y el ganado sale al monte.
En los meses posteriores -de junio a septiembre-, por contra, es más probable que se registren incendios en la zona de Campoo-Los Valles y en Liébana, que son más tranquilas durante el resto del año, en consonancia con el resto del país.
Los incendios en estas comarcas no son intencionados, matiza Serdio, y pueden derivarse de rayos, chispas, descuidos o imprudencias.
La Consejería de Desarrollo Rural colabora con las Fuerzas de Seguridad en la investigación de los incendios forestales. El año pasado en Cantabria hubo 7 detenidos por esta causa y en los últimos dos años se ha logrado identificar a 50 presuntos responsables de incendios, con nueve sentencias condenatorias.
Actualmente hay «un par de expedientes» de investigación abiertos, aunque el director general reconoce que es «muy difícil» localizar a los causantes porque «el monte es un territorio bastante incontrolable» y hay que pillarles «con las manos en la masa» para poder atribuirles el delito.
«La labor cada día es mejor, más efectiva y cada vez se van localizando y abriendo expedientes contra esta gente», valora.
Un departamento específico para abordar los incendios forestales
Tras subrayar los esfuerzos del Gobierno regional por dotar tanto de material como de personal al operativo de extinción de los incendios forestales, Serdio reconoce que Cantabria todavía está «un poco en fuera de juego» en términos de gestión y administración.
«Somos la única comunidad autónoma que no tiene un departamento específico de incendios forestales«, recalca.
Por ello, el Ejecutivo se plantea la creación de una estructura que dé soporte a todo el despliegue de medios en la lucha contra incendios forestales que, según avanza Serdio, irá aparejada de más personal específico que ahora mismo no hay. EFE / ECOticias.com