La descarbonización es una necesidad. Así lo han mostrado los eventos climáticos extremos que hemos vivido en el último tiempo. Es momento de descarbonizar el mayor número de industrias posible, una meta que Alemania se ha puesto al hombro.
Es por eso por lo que ha desarrollado una tecnología que salvará miles de millones. Convierte chatarra en oro para salvaguardar a la humanidad de las contaminantes y nocivas emisiones de gases de efecto invernadero.
El transporte por carretera está en el epicentro de la transición energética, con el acecho de uno de los desafíos más complejos de solventar: reducir la huella de carbono sin sacrificar la competitividad y la viabilidad técnica.
Según la Agencia Internacional de Energía, el transporte supone alrededor del 25% de las emisiones globales de CO2, contexto que se intensifica en los países en desarrollo, donde escasea la infraestructura sostenible.
Teniendo en cuenta la importancia de dejar de lado los combustibles fósiles, dada su alta huella ambiental, Alemania ha comenzado a accionar con un proyecto que busca convertir tecnología antigua en lo “mejor que le ha pasado” a la humanidad.
Ha convertido uno de los más mayores desafíos del ser humano en una oportunidad que podría sacarnos de un lugar en el que no queremos estar.
Alemania convierte los motores diésel a hidrógeno
Tras hackear los motores eléctricos, Alemania ha empezado a convertir los motores diésel para que funcionen propulsados por hidrógeno. Un sistema obra de la compañía alemana Keyou, que ya ha trasnformado un camión de 18 toneladas y un autobús de 12 metros de largo.
Cabe destacar que el hidrógeno está ganando cada vez más popularidad como solución verde, siempre que este provenga de fuentes de energía renovables. La firma mencionada tiene su sede en Múnich y atesora la experiencia de su director, un antiguo ingeniero de BMW.
El mismo profesional estuvo implicado en una iniciativa de investigación y desarrollo de la compañía germana para usar hidrógeno en sus coches de producción.
Conviene recordar que la marca bávara sometió a una profunda transformación a varias unidades del Serie 7 e65 para realizar su labor con un motor V12 de hidrógeno. Con este propósito, la potencia quedó recortada a 265 CV.
Thomas Korn, uno de los ingenieros que formó parte de esta iniativa y director de Keyou, continúa creyendo en la viabilidad del hidrógeno en el sector del transporte.
Alemania vislumbra futuro donde otros solo ven chatarra
Donde otros solo ven un atisbo de lo que fue, Alemania vislumbra el futuro. Algunos usuarios ya han comenzado a ver los modelos de combustión como chatarra, pero Keyou apuesta por darles una segunda vida adaptándolos para que puedan moverse con hidrógeno como combustible.
Por este motivo, la empresa ha transformado dos imponentes motores diésel para que pasen a funcionar con hidrógeno: uno correspondía a un camión de 18 toneladas y otro a un autobús urbano de 12 metros.
Ambas unidades poseen el mismo motor de 7,8 litros, con la capacidad suficiente para proporcionar una potencia de 272 CV. Podrían llegar a tener una vida útil superior a 700 000 kilómetros, con una autonomía que sobrepase los 500 kilómetros, sin emitir un solo rastro de CO2 a la atmósfera.
¿Por qué hidrógeno?
En pleno proceso de descarbonización del transporte, el hidrógeno se alza como una opción alternativa y real para la movilidad terrestre. Puede utilizarse para generar electricidad mediante una pila de intercambio de hidrógeno o a modo de combustible.
Keyou pretende efectuar múltiples modificaciones que harán posible que el mismo bloque motor use el hidrógeno almacenado en un tanque como combustible.
Se trata de una solución tan sencilla como económicamente viable, dado que las adaptaciones que habría que realizar sobre un motor convencional no serían muchas.
Alemania ha convertido lo que otros ven como chatarra (vehículos de combustión) en oro (transporte movido por hidrógeno). Su enfoque podría salvar miles de millones de piezas de combustión en todo el mundo. En paralelo, Alemania ha revelado su proyecto secreto con el motor de hidrógeno.