Absorber la atmósfera y enterrarla bajo el océano: La solución más extrema ante un futuro distópico

Absorber la atmósfera y enterrarla bajo el océano: La solución más extrema ante un futuro distópico

 

Absorber la atmósfera y enterrarla bajo el océano es la solución más extrema que se está barajando en el último tiempo. Sin embargo, ya hay varias empresas trabajando en ello. El dióxido de carbono (o el famoso CO2) se trata de uno de los principales gases de efecto invernadero presentes en la atmósfera de la Tierra.

Su presencia es vital para conservar una temperatura óptima en la Tierra, puesto que atrapa el calor del Sol y evitar que se escape al espacio. No obstante, los últimos siglos han estado marcado por unos niveles de CO2 más altos debido a diferentes prácticas humanas que han derivado en la quema de combustibles fósiles y deforestación.

Como mayor sumidero de carbono de la Tierra, nuestros océanos son, a menudo, los héroes silenciosos que aminoran las emisiones contaminantes y mitigan el cambio climático. Según registra World Economic Forum, son capaces de absorber una cuarta parte de todas las emisiones de dióxido de carbono y el 90% del exceso de calor que estas emisiones desprenden.

Pero ¿y si fuera posible que el océano absorbiera todavía más CO2 de la atmósfera? Este es el concepto basado en la Captura Directa de en los Océanos (DOC). Aunque la humanidad continúa haciendo esfuerzos por bajar las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, la reducción de las nuevas emisiones no llegará al cero neto por sí sola. Así lo han establecido los estudios a los que referencia el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

El océano podría ser la respuesta a las plegarias de los ambientalistas

Además de descarbonizar las emisiones nuevas, es vital hallar nuevos métodos de suprimir el carbono existente de la atmósfera, produciendo “emisiones negativas”. Esta disposición responde a un sistema llamado captura directa del aire (DAC), que toma el CO2 directamente de la atmósfera.

Después, lo almacena a gran profundidad bajo tierra o lo aplica en diferentes escenarios industriales. No obstante, la DAC es costosa, dado que la concentración de CO2 en el aire es relativamente acotada.

La Captura Directa en el Océano (DOC, por sus siglas en inglés) es parecida a la DAC porque descarta el carbono disuelto directamente del agua de mar a través de diversos procesos electroquímicos. El agua de mar tratada es devuelta para una absorción mayor de dióxido de carbono de la atmósfera.

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Cabe destacar que el océano atesora 150 veces más dióxido de carbono que la atmósfera. Bajo este marco, la captura directa en el océano tiene potencial para ser más eficiente y económica que la captura directa en la atmósfera.

Mientras esta posibilidad se baraja en el sector ambiental, Elon Musk busca cambiar el mapa de la Tierra con 20 000 millones sobre el océano Atlántico.

La captura de carbono del océano está dando sus primeros pasos

Si bien los mecanismos industriales de captura de carbono encargados de limpiar los gases de combustión de centrales eléctricas y fábricas llevan vigentes desde hace años, el DOC aún está dando sus primeros pasos.

Una de las empresas que se alza como pionera en esta tecnología es Brineworks. Una compañía emergente con sede en Ámsterdam. Usa electrólisis para dividir las moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno. Este es su punto de inicio para proceder a la extracción de carbono del agua de mar.

¿Cómo funciona el sistema de captura de carbono del océano de Brineworks?

Tiene la convicción de que su sistema tendrá un valor inferior a 100 dólares por tonelada de CO2 cuando esté funcionando a escala, menos de la mitad del coste típico del DAC. La tecnología utiliza energías renovables para su funcionamiento, convirtiéndola en una realidad energética limpia.

Podría llevarse adelante prácticamente en cualquier territorio. Luego, el sistema devuelve al mar solo agua, sin la presencia de productos químicos. Otro beneficio de la tecnología de Brineworks es que su único subproducto es agua.

Esto podría derivar en una futura fuente de ingresos conforme suba la demanda de hidrógeno verde. Así las cosas, absorber la atmósfera y enterrarla bajo el océano parece ser una de las soluciones sostenibles más propicias para mirar hacia el futuro. En paralelo, esta superturbina va a convertir los océanos en baterías gigantes.

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