El Santo Grial de la energía infinita estaba más cerca de lo que pensábamos. Quienes lo hallaron aseguran que hay que perforar y mucho. En un momento de la historia en el que la demanda de energía no deja de aumentar y los recursos convencionales se están agotando rápido, la búsqueda de nuevas formas de energía es una prioridad.
Si bien el surgimiento de nuevas formas de energía se ve como una gran oportunidad, también trae consigo varios desafíos, como el costo inicial de construir e implementar nuevas tecnologías. Muchos de los mecanismos de generación de energía necesitan de una inversión inicial significativa y, en algunos casos, todavía no pueden competir con los ya asentados y contaminantes combustibles fósiles.
No obstante, se espera que los costos bajen conforme la tecnología mejora, así como la escala de producción. En definitiva, la búsqueda de nuevos métodos de producción energética es vital para cubrir la creciente demanda de forma sostenible y bajar la dependencia del ser humano a los combustibles. Sin embargo, hay varios puntos a considerar, como su costo.
El Santo Grial de la energía es la geotermia
Según informes recientes de organizaciones como la Agencia Internacional de la Energía, la energía geotérmica limpia y renovable puede convertirse en una pieza crucial dentro del proceso de transición energética. Aquí encontramos nuestro Santo Grial energético.
El Clean Air Task Force y otros advierten que, si pudiéramos aprovechar rocas supercalientes a más de 375 grados Celsius (unos 700 o F) nos encontraríamos ante una gran solución energética. Las plantas geotérmicas actuales realizan su labor a temperaturas muy bajas, entre 100 y 250ºC.
Asimismo, un análisis publicado en la revista Nature confirma la viabilidad del uso de la energía geotérmica adquirida a base de perforar a gran profundidad y el aprovechamiento de rocas a temperaturas que sobrepasan los 375 grados Celsius.
Energía geotérmica a gran profundidad, la gran promesa del proceso de descarbonización
La empresa estadounidense Quaise, fundada por científicos del MIT, está detrás de la tecnología que hará posible este escenario. Permitirá taladrar hasta 10 kilómetros de profundidad para utilizar el calor ilimitado de la Tierra en cualquier parte del mundo, sin difundir contaminación y a un coste mínimo.
El objetivo de este proyecto es darles una segunda vida a las antiguas plantas térmicas de carbón y gas, reutilizando sus turbinas haciendo uso del vapor supercrítico conseguido a esas profundidades para producir energía las 24 horas, algo prácticamente imposible con la geotermia tradicional que ya provee de abastecimiento gratuito a países como Islandia.
España podría sumarse a la lista con este proyecto. La tecnología usada por Quaise está basado en el empleo de girotrones, dispositivos que originan haces de microondas capaces de derretir la roca más dura.
Dicho procedimiento, creado por Paul Woskov en el MIT, consiente el ingreso de la profundidad donde no existe calor intenso en cualquier parte del globo, solo en áreas volcánicas.
Proyección de la geotérmica a grandes profundidades bajo el suelo
Ahora queda lo más complicado: poner en funcionamiento el sistema de perforación más impactante. Quaise tiene programada su planta operativa para el futuro cercano y su previsión es que la primera planta comercial realice sus labores comúnmente para 2028.
Si logra su cometido, seríamos testigos de la reconversión de centrales térmicas convencionales a nivel global, dejando de lado nuestra dependencia al petróleo y las energías intermitentes como la solar y la eólica.
El Santo Grial de la energía infinita siempre estuvo ahí. Es la energía geotérmica y pronto podría darnos una sorpresa todavía mayor. Por ahora, el mundo sigue tratando de superar los últimos avances de la energía geotérmica.