En un contexto donde las crisis ambientales y sociales exigen una mayor conciencia en nuestras acciones, el ecoturismo o turismo sustentable se presenta como una oportunidad para contribuir positivamente al entorno durante el fin de semana largo de Semana Santa 2025.
Se trata de una práctica que invita a los viajeros a reconectar con la naturaleza y a apoyar a las comunidades locales, promoviendo experiencias que van más allá del simple descanso.
5 destinos chilenos para practicar ecoturismo en Semana Santa
Si estás planificando una escapada de 3 o 4 días durante el fin de semana largo de Semana Santa 2025, Pablo Rebolledo Dujisin, director de la carrera de Administración en Ecoturismo de la Universidad Andrés Bello, sugiere cinco destinos emergentes en Chile que ofrecen la posibilidad de vivir experiencias auténticas y transformadoras, alineadas con un enfoque consciente y respetuoso del medio ambiente.
Putre y el Parque Nacional Lauca (Arica y Parinacota)
Ubicado a más de 3.500 metros sobre el nivel del mar, el pintoresco pueblo de Putre sirve como puerta de entrada al Parque Nacional Lauca y al Lago Chungará, uno de los más altos del mundo.
En este entorno altiplánico, los visitantes pueden explorar pueblos aymaras como Parinacota, disfrutar de termas naturales y observar una rica fauna que incluye flamencos, vicuñas y vizcachas. La experiencia se enriquece al alojarse en hostales familiares gestionados por comunidades locales, lo que permite una inmersión cultural profunda y un impacto positivo en la economía de la zona.

Bahía Inglesa y el Parque Nacional Llanos de Challe (Atacama)
Con sus aguas turquesas y arenas blancas, Bahía Inglesa ofrece un paisaje costero único en un entorno semidesértico. A poca distancia, el Parque Nacional Llanos de Challe alberga una biodiversidad notable, incluyendo el fenómeno del desierto florido y especies endémicas como la Garra de León.
Los viajeros pueden optar por alojamientos ecológicos y participar en actividades como snorkel, visitas a caletas pesqueras y observación de flora y fauna nativa, siempre respetando los senderos y evitando la recolección de elementos naturales.
Valle del Elqui (Coquimbo)
Conocido por sus cielos despejados y su energía espiritual, el Valle del Elqui es ideal para quienes buscan una conexión profunda con la naturaleza y la cultura local. Los visitantes pueden disfrutar de observación astronómica, ciclismo por rutas rurales, visitas a destilerías artesanales de pisco y baños en el río Elqui.
Alojamientos como domos astronómicos y cabañas rurales ofrecen una experiencia auténtica, mientras que talleres de yoga, herbolaria o astronomía ancestral permiten una inmersión en las tradiciones locales.
Parque Nacional Conguillío (La Araucanía)
Parte del Geoparque Kütralkura, el Parque Nacional Conguillío ofrece paisajes dominados por el volcán Llaima, lagunas de origen glaciar y bosques de araucarias milenarias. Su baja masificación lo convierte en un destino ideal para reconectar con la biodiversidad del sur andino. Los visitantes pueden disfrutar de senderismo por rutas como Sierra Nevada, kayak en la laguna Verde y avistamiento de especies como el carpintero negro y el zorro.
Alojamientos como campings, eco-lodges y cabañas rurales en Melipeuco o dentro del parque ofrecen opciones sostenibles para pernoctar.
Caleta Cóndor (Los Lagos)
Escondida entre el bosque valdiviano y el mar, Caleta Cóndor es un paraíso aislado accesible solo a pie o en bote. Este territorio ancestral huilliche ofrece una desconexión total y una naturaleza intacta. Los visitantes pueden alojarse en casas de familia gestionadas por la comunidad mapuche-huilliche y participar en actividades como caminatas por la selva, navegación por ríos y talleres de cocina tradicional.
Es esencial llevar todo lo necesario, incluyendo alimentos y saco de dormir, y mantener una actitud respetuosa y colaborativa con la comunidad local.
Tips para un viaje responsable de ecoturismo en Semana Santa
Según Pablo Rebolledo Dujisin, “es fundamental evitar el uso de parlantes o música a volumen alto en espacios naturales, ya que el ruido puede interferir en el comportamiento de la fauna local”, para una buena práctica del llamado ecoturismo.
“El turismo regenerativo propone dejar los lugares mejor de como los encontramos, lo que implica recoger toda la basura, evitar el uso de plásticos y cuidar la flora como si fuera parte de nuestro hogar. Además, se recomienda utilizar medios de transporte con menor impacto, como buses interurbanos o autos compartidos, y consumir productos locales para apoyar las economías de las comunidades que se visitan”, subraya.
Viajar puede ser mucho más que descansar: puede ser una forma concreta de regenerar vida, cultura y territorios.