¿Hay un exceso de proyectos de ‘energías renovables’ en España?: ecologistas apuestan por la reducción del consumo energético

¿Hay un exceso de proyectos de ‘energías renovables’ en España?: ecologistas apuestan por la reducción del consumo energético

 

Las principales renovables, es decir, la energía eólica y solar, no son constantes ni totalmente previsibles, lo que resulta en periodos de exceso de generación. Europa no está aprovechando ese excedente de energía, por lo que tiene que compensarlo encendiendo centrales de gas y otras fuentes de energía capaces de ajustar su producción en tiempo real.

Tres grandes soluciones. Hay tres formas de atacar este problema para aprovechar mejor la energía: mejorar la interconexión de la red eléctrica, desplazar la demanda a horas de abundancia energética y almacenar el exceso de la energía para su uso en horas posteriores.

Por otra parte, los ecologistas advierten que en España se está padeciendo del el efecto del curtailment, concepto que hace referencia a la reducción en la producción energética de una planta por orden del operador del sistema, tanto por un exceso de generación renovable en un punto de conexión, como por precios bajos de electricidad.

¿Qué hacemos con los excesos de las renovables?

El informe Instalación de energías renovables en el sistema eléctrico peninsular’ tiene por objetivo cuantificar la potencia renovable que es razonable instalar. Se ha realizado basándose en simulaciones del sistema eléctrico a partir de datos horarios reales de red eléctrica (REE).

El estudio se centra en la capacidad del sistema eléctrico para absorber la energía que las renovables pueden generar y revela que un incremento desmesurado de la potencia instalada conlleva pérdidas significativas de la energía que podrían generar las tecnologías estudiadas (eólica, termosolar y fotovoltaica).

En palabras de Rodrigo Irurzun, coordinador del informe: “El efecto de instalar demasiada energía fotovoltaica es demoledor a causa del pico diario de generación durante las horas centrales del día. Si en un momento dado el sistema no es capaz de absorber toda la energía, se tiene que limitar la potencia para garantizar la estabilidad de la red.”

Este fenómeno, conocido como “vertidos renovables” (o curtailments en su denominación en inglés) no es nuevo, lleva ocurriendo durante los últimos años debido a la saturación de algunos nodos de la red. “Sin embargo”, continúa Irurzun, “el fenómeno se intensificaría de forma muy importante de ponerse en marcha toda la potencia prevista”.

Al respecto del sobredimensionamiento existente, el informe señala que los proyectos eólicos que ya están en operación y los que tienen permisos de acceso concedidos suman un 3% de potencia adicional a la que figura en la última revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), de 62 GW. Si además se suman los proyectos que han pedido permisos de acceso y están aún en estudio, la cifra se eleva a un 27% por encima de dicho objetivo.

En el caso de la fotovoltaica, las cifras son mucho más abultadas, sumando los proyectos un 56% y un 85% de potencia por encima de los 76 GW que marca como objetivo el PNIEC. A nivel de instalación ya ejecutada, en 2024 la eólica había sumado un 30% adicional a la potencia que tenía en 2019. Pero el verdadero estallido ha sido el de la energía solar fotovoltaica, que en ese periodo ha multiplicado por siete la potencia instalada.

Ver también:  El ‘resacón’ de la DANA en l’Albufera continua, cinco meses después

En este sentido, aunque este rápido despliegue tiene efectos positivos sobre la factura de CO2 del sector eléctrico (que en 2024 ha reducido sus emisiones a menos del 40% de las que tenía en el periodo 2014-2018), no está exento de polémica y tensiones en los territorios. El gran número de proyectos y su extensión territorial, a menudo concentrados en determinadas regiones, tiene impactos potenciales sobre la biodiversidad, el sector primario y el paisaje.

¿Es necesaria más potencia?

”Poner en marcha una potencia excesiva implica un derroche en la utilización de materiales, algunos de los cuales son cada vez más escasos y con impactos durante su extracción”, sostiene Irurzun. “Implica también la utilización de miles de hectáreas para las instalaciones, el tendido de líneas y subestaciones eléctricas para la evacuación de la energía, apertura de caminos, utilización de maquinaria y un largo etcétera de actividades que generan impactos y que están teniendo contestación social, sobre todo en los territorios en los que se instalan”, concluye el coordinador del informe.

El estudio analiza los efectos de la demanda, el almacenamiento y las interconexiones para dimensionar las renovables necesarias a instalar con cuatro escenarios diferentes. En la mayoría de los escenarios analizados se ha partido de un nivel de consumo eléctrico similar al actual, y dan como resultado una penetración de la fotovoltaica entre el 28% y el 38%, con unas potencias máximas entre 70 GW y 72 GW fotovoltaicos, ligeramente inferiores a las establecidas en el PNIEC.

Estos resultados están condicionados al desarrollo de almacenamiento de las renovables de gran capacidad y duración, como el bombeo hidráulico, ya que de otra forma las simulaciones arrojan un límite máximo razonable en torno a los 50 GW.

Se ha simulado también un escenario según los objetivos del PNIEC, que arroja un resultado de 94 GW fotovoltaicos. Javier Andaluz, coordinador del Área de Energía de Ecologistas en Acción, considera que “este no es un escenario deseable, pues multiplica el consumo por al 150% respecto del de 2019, fundamentalmente para generar hidrógeno y exportar electricidad, de forma que generará beneficios para las empresas energéticas dejando los impactos en el territorio”.

El único escenario analizado que supera el 90% de cobertura solar y eólica sería un escenario que alcance un 20% de autoconsumo. La organización ecologista estima que gran parte de la potencia fotovoltaica necesaria podría instalarse en zonas urbanas o antropizadas, por lo que la potencia en suelo que sería razonable instalar es mucho menor a los proyectos presentados.

Los ecologistas recuerdan que el Estado español debe alcanzar la neutralidad climática en 2040, lo que exige una fuerte reducción de los consumos, la electrificación de gran parte del consumo energético, y alcanzar una generación eléctrica 100% renovable en 2030.

En este estudio se han presentado varias estrategias posibles que deben combinarse de forma inteligente (aumento de generación, cercanía al consumo, almacenamiento, interconexiones o equilibrio entre fuentes), siempre teniendo en cuenta sus impactos ambientales y económicos.

Referncia de contenido aquí