Las combatimos con antibióticos, pero son la clave del futuro: Energía verde ilimitada

Las combatimos con antibióticos, pero son la clave del futuro: Energía verde ilimitada

 

El hallazgo de energía verde es una necesidad urgente y global, que se ha visto impulsado por el avance del cambio climático y el calentamiento global. Esta necesidad incentivó una revisión de diferentes fuentes de energía que hasta ahora no se habían explorado o habían quedado en el olvido. ¿El objetivo? Encontrar soluciones de abastecimiento energético más compasivas con el entorno.

Ya hay diferentes fuentes de energía renovable disponibles, como la eólica la solar y la geotermia. Estas son las más tradicionales y, si bien algunas han sido más investigadas que otras a lo largo del tiempo, ya las conocemos.

Al mismo tiempo, han comenzado a efectuarse ensayos en otros campos, reconociendo la presencia de energía verde en lugares impensados hasta ahora.

Encuentran energía verde en un lugar inhóspito, que hasta ahora hemos querido tener lejos

Un laboratorio español ha producido hidrógeno verde a partir de algas y bacterias por error. Las bacterias que solemos espantar de nuestro cuerpo utilizando antibióticos comenzarán a utilizarse para mucho más que generar energía. El descubrimiento se le adjudica a un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba (UCO) en España.

Llevan desde 2018 analizando el hidrógeno verde, estudiando cómo la unión de algas y bacterias consigue producir el llamado “combustible del futuro” en alta calidad. El resultado de esta fusión ha sido la combinación de producción de hidrógeno y biomasa mientras se limpian las aguas residuales en las que emergen algas y bacterias.

“La producción de hidrógeno usando consorcios de algas y bacterias es una estrategia que deja de lado el uso de combustibles fósiles o la electrólisis del agua usando energía, que son las formas actuales de producción de este combustible”, expusieron los autores españoles del estudio en un artículo publicado en la revista Science Direct.

Un análisis completamente alineado con el enfoque de Asturias, que ya se prepara para el desarrollo del hidrógeno verde.

La unión de bacterias y algas crea hidrógeno verde, la energía del futuro

El trabajo conjunto de un alga y tres bacterias genera hidrógeno, con el que crecen juntos originando biomasa que después puede valorizarse. Al mismo tiempo, limpias las aguas residuales en las que crecen. Concretamente, la bacteria Microbacterium forte ayuda al alga Chlamydomonas en la producción de hidrógeno.

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Al incluir a Bacillus cereus y Stenotrophomonas goyi se logra que, mientras se origina hidrógeno, tanto las bacterias como el alga transiten un óptimo crecimiento. De esta manera, generan la biomasa que después puede revalorizarse como combustibles o fuente energética.

“Este consorcio es mejor porque es más duradero, lo puedes cultivar y obtener durante mucho tiempo hidrógeno y biomasa a diferencia de otros consorcios. También descubrimos que Microbacterium forte y Stenotrophomonas goyi necesitan vitaminas (biotina y tiamina) y fuentes reducidas de azufre para crecer y lo que Chlamydomonas hace seguramente es aportarle esos nutrientes que las bacterias necesitan para crecer”, dijo David González, investigador y autor del informe.

Por ende, las bacterias se benefician de su vínculo con el alga para desenvolverse en su crecimiento. Sumado a esto, le proporciona el CO2 y el ácido acético que el alga necesita para crecer y crear hidrógeno.

Asimismo, según registra la web de UCO, la otra autora Neda Fakhimi, también dio su parecer: “Nuestro trabajo también aprovecha el potencial de utilizar materiales de desecho como fuente de nutrientes, facilitando así la producción de biohidrógeno renovable y sostenible. Contando con la ventaja de que este consorcio tiene una producción de hidrógeno aproximadamente diez veces mayor que la de los anteriores”.

Crearon hidrógeno verde por error y ahora son considerados grandes científicos de energía verde

“Nos dimos cuenta de que el cultivo contaminado producía más hidrógeno que los que no lo estaban, y a partir de ahí hicimos un seguimiento y vimos que había tres bacterias”, aportó González. Este experimento demuestra que la energía verde está llegando de formas insospechadas e incluso fortuitas, contribuyendo a la ansiada transición energética que la humanidad así.

Ahora, la mira esta puesta sobre la energía verde creada por algas y bacterias, que generalmente combatimos con antibióticos. Con este escenario sobre la mesa, además de otros proyectos en marcha, el hidrógeno se ha convertido en una pieza clave dentro de la estrategia de descarbonización española.

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