La fuga de usuarios de X, la red social que dejó de llamarse Twitter al ser adquirida por el magnate Elon Musk, parece imparable. En los últimos días del año pasado, más de un millón de personas han migrado a otras plataformas alternativas y descentralizadas, que están ganando popularidad entre quienes buscan una experiencia más limpia y menos vinculada a los giros polémicos y la falta de ecuanimidad del dueño de la RRSS.
Este movimiento ha calado entre usuarios particulares, medios de comunicación y marcas reconocidas. Y vuelve a tomar impulso entre los ecologistas, con la inminente toma de poder de Trump para ejercer su segundo mandato como presidente de los EE. UU. con el apoyo de Musk.
Adiós a X, ex Twitter
Centenares de organizaciones ecologistas y ambientalistas, colectivos, asociaciones de periodistas y miles de personas a título individual y abandonan X, antes Twitter, este lunes 20 de enero. Después de esta fecha, día de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, de facto, Elon Musk entrará a formar parte del gobierno estadounidense y ya no tendrá que rendir cuentas a nadie.
En el momento en el que el propietario de la red social X, Elon Musk, ha empezado a utilizar la plataforma con fines políticos, dirigiendo las conversaciones y vetando a las personas que difieren de su ideología, la red social se ha convertido en un peligro para la democracia. Musk no muestra vergüenza alguna en apoyar y promover discursos basados en las ideas de la ultraderecha, y llegar a inmiscuirse en las elecciones generales de otros países, como en el caso de Alemania.
Las redes sociales nunca fueron perfectas, pero la deriva que está tomando X es inadmisible para una red social en la que diferentes posturas deben tener cabida en igualdad de condiciones. Sin embargo, esta plataforma no solo silencia a perfiles que en muchos casos protegen y defienden los derechos humanos y la naturaleza, sino que atenta contra los mismos.
X promueve la violación de derechos humanos: hoy por hoy, es una red que prioriza la defensa de los combustibles fósiles en detrimento de las energías renovables y la disminución de emisiones de GEI y privilegia los mensajes negacionistas del cambio climático, machistas, racistas, xenófobos, homófobos y tránsfobos.
No más negacionismo climático y desinformaciones varias
La desinformación y la generación de bulos constantes ha sido otro de los motivos por los que las organizaciones han decidido dar un portazo y salir de la red social del magnate de Tesla. Twitter no era ajena a los sesgos antes de que llegase Musk, pero el nivel de toxicidad ha ido en aumento, tal y como se ha podido constatar en los últimos años.
Las organizaciones optan por promover la migración a redes sociales que respeten los principios básicos de la libertad digital: la gestión de los datos propios, la portabilidad de la audiencia y la pluralidad algorítmica. es decir, que cumpla con esos principios básicos; por ejemplo, la persona usuaria puede crear sus propios algoritmos, de tal forma que no los impone la propia red social.
Las organizaciones ecologistas son conscientes de que la discusión en torno a las redes sociales sigue abierta y debatirán en los próximos meses sobre su estrategia digital en las diferentes plataformas. Los colectivos esperan una salida masiva de X el 20 de enero que represente un punto de inflexión e impulse un aumento en las siguientes oleadas para abandonar definitivamente la red social. Las plataformas digitales ofrecen la posibilidad de construir en colectivo. Es prioritario seguir fomentando esas alianzas entre personas y organizaciones y generar comunidad y una conversación pública saludable.