El primer cohete de agua, listo para despegar: 90 000 kilos de peso y un curioso destino

El primer cohete de agua, listo para despegar: 90 000 kilos de peso y un curioso destino

 

Tras el impacto ocasionado por las pruebas del coche supersónico, el primer cohete de agua demostró estar más que listo para despegar. La alta huella ambiental emitida por los combustibles fósiles obliga a la humanidad a buscar nuevas formas de abastecerse. Es así como diferentes compañías y expertos de todo el mundo investigan alternativas a los contaminantes fósiles. Bajo estas circunstancias, el hidrógeno se ha posicionado como el combustible del futuro en varios sectores por un aspecto clave: su único subproducto es agua.

Este es el mismo motivo por el que el hidrógeno también ha conquistado la industria aeroespacial. En el sector de los cohetes espaciales, el hidrógeno ha adquirido una gran popularidad producto de sus características únicas que lo convierten en el combustible ideal para propulsar naves más eficientes y sostenibles. Su alta densidad energética y su capacidad para generar emisiones limpias lo transforman en una alternativa atractiva para explorar el espacio de forma más sostenible.

Una de las formas más comunes de usar hidrógeno como combustible se materializa a través de celdas de combustible, que producen electricidad a partir de la reacción entre el hidrógeno y el oxígeno. Este procedimiento no difunde gases contaminantes, dado que el único subproducto emitido es agua. Además, el hidrógeno puede almacenarse y transportarse de forma eficiente, convirtiéndolo en una alternativa versátil.

El primer cohete de hidrógeno, listo para hacer historia: 90.000 kilos de peso y un singular destino

Entre 2012 y 2018 fue considerado el cohete más potente del mundo y el pasado 9 de abril realizó su último vuelo desde la rampa SLC-37 de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral (CCSFS). Hablamos del Delta IV Heavy, el gigante de hidrógeno, en la misión D-389/NROL-70 con el satélite militar secreto USA-353 de la NRO (National Reconnaissance Office). Terminó su vida útil después de 16 misiones. Un lanzador ofertado por la compañía ULA (United Launch Alliance) que será relevado por las versiones pesadas del nuevo Vulcan.

El Delta IV Heavy marcó un precedente con su capacidad para situar hasta 28,8 toneladas en órbita baja (LEO). Solo el Falcon Heavy de SpaceX, con 63,8 toneladas en LEO, pudo superarlo en 2018. Un escenario que se repitió en 2022, por el SLS de la NASA, con un registro de alrededor de 90 toneladas. En agosto de 2019, ya había volado por última vez el Delta IV M+, por lo que el último vuelo del cohete de agua también fue el último de la familia Delta, dejando en el aire un legado venidero del año 1957.

El Delta IV apareció en los años 90 como una iniciativa de Boeing para el proyecto EELV (Evolved Expendable Launch Vehicle) de la Fuerza Aérea de EE.UU. Se dirige al desarrollo de un cohete para cargas militares prioritarias. La meta era bajar los altísimos costes de los lanzadores usados por el Pentágono, especialmente el Titán IV. El Delta IV utilizó en una primera y segunda fase hidrógeno, además de aceleradores de combustible sólido GEM-60. Esto representó un cambio de diseño radical respecto a los modelos anteriores Delta, que recurrían a una primera etapa de kerolox y una segunda de hipergólica.

El cohete de agua alcanzó el hito más esperado por el sector

Es más, como herencia común de los Delta precedentes solo quedaron los aceleradores GEM, por lo que en realidad el nombre permaneció por razones sentimentales de marca más que por motivos prácticos. El Delta IV hizo uso en la primera etapa CBC (Common Booster Core) del motor de hidrógeno más potente construido, el RS-68.

Por otra parte, en la segunda fase DCSS llevaría el RL10B-2 (luego el RL10C-2), una pieza prácticamente idéntica a la utilizada en la etapa Centaur del Atlas V. El Delta IV Medium apareció en noviembre de 2002 y el Delta IV Heavy en agosto de 2004.

Finalmente, ULA nunca pudo implantar versiones más pesadas del Delta IV Heavy con una segunda etapa mejorada y aceleradores de combustibles sólidos capaces de llegar entre las 35 y 50 toneladas en LEO, respectivamente.

Según informa el astrofísico Daniel Marín en su blog de la web Naukas, parte de la ‘herencia’ de Delta VI sigue vigente en el Vulcan. Tras la retirada del Delta IV Heavy, la rampa SLC-37 de Florida podría utilizarse por SpaceX para su sistema Starship.

El primer cohete de agua destacó en la historia con sus 90.000 kilos de peso y la misión D-389/NROL-70 con el satélite militar secreto USA-353 de la NRO. Si quieres saber más sobre su legado, podrás hacerlo en este artículo especial dedicado al primer cohete de agua más potente del mundo.

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