El proyecto RestPoll se centra en la implementación de prácticas más sencillas con el fin de agilizar los procesos de la polinización y ayudar a los insectos que naturalmente realizan esta actividad, que resulta vital para la agricultura.
Abejas, mariposas o sírfidos son algunos de los grupos de insectos polinizadores clave para la agricultura, ya que estos pequeños organismos viajan de flor en flor para alimentarse y, a cambio, ayudan a las plantas a reproducirse y a producir frutos y semillas. A pesar de su importancia, el incremento de monocultivos, el uso intensivo de pesticidas y el cambio climático, entre otros factores, ponen en riesgo su supervivencia y son la causa de la preocupante disminución que experimentan estos insectos en Europa.
Para revertir esta situación, nace el proyecto europeo RestPoll, que quiere implementar y evaluar prácticas sencillas que beneficien a las comunidades de polinizadores en varios tipos de hábitats, como zonas agrícolas, viñas y pastos. Para hacerlo, se han puesto en marcha una variedad de casos de estudio en 16 países europeos, donde se restaurarán hábitats a escala de campo, finca, paisaje y región. Además, todas las acciones se llevarán a cabo en red con todos los actores implicados, incluyendo la comunidad científica, tanto de la vertiente de la ecología, la agricultura o la sociología, así como agricultores, gestores y agentes políticos.
El proyecto, que ha empezado en 2024, lo lidera la Universidad de Freiburg de Alemania y participan 24 entidades europeas, entre ellas el CREAF y el IRTA, que lideran las actividades piloto en Cataluña.
Living labs en campos de manzano
En el caso de Cataluña, los grupos de investigación del CREAF y del IRTA ponen el foco en cultivos de manzano, donde ya se han empezado a aplicar varias prácticas restauradoras creadas conjuntamente con los agricultores. “Es como trabajar en un laboratorio al aire libre”, explica Roquer.
Algunos ejemplos son: la siembra de bandas florales en los márgenes y entre las hileras de árboles, que proporcionan alimento y refugio para los insectos polinizadores y conectan hábitats para que puedan moverse; crear ‘hoteles para abejas’, que son espacios para que abejas y avispas solitarias nidifiquen y se puedan establecer en los campos año tras año; y optimizar o reducir el uso de pesticidas para disminuir la mortalidad de los insectos.
“También intentamos potenciar y preservar las plantas autóctonas presentes en los campos de manera natural, por ejemplo la rúcula (Eruca sativa), la caléndula (Calendula arvensis) o el jaramago (Diplotaxis erucoides); reducir el número de siegas y utilizar maquinaria alternativa que no dañe los recursos florales del campo”, añade Roquer. Todas estas medidas se co-diseñan con los agricultores y se adaptan a la situación concreta de cada campo, “el mensaje que queremos transmitirles es que con medidas simples se pueden favorecer mucho los polinizadores”, puntualiza Roquer.
De momento, se han sumado al proyecto 18 fincas repartidas por la zona fructícola de Lleida (12) y de Girona (6), en la mitad de las cuales se aplicarán medidas de restauración y en la otra mitad se llevarán a cabo las prácticas habituales. De esta manera, al acabar el proyecto en 2028, se podrán comparar los resultados de las parcelas restauradas con las parcelas donde no se haya llevado a cabo ninguna acción, “así observaremos cómo han cambiado las poblaciones de polinizadores y sus efectos sobre la producción y la calidad de la fruta”, explica Roquer.
Situación crítica de los polinizadores en Catalunya
De acuerdo con el primer informe sobre polinizadores que se realizó en Cataluña, en esta región se ha experimentado una traducción en las poblaciones de especies de mariposas de un 70%, de las cuales 45 especies diurnas están amenazadas, 12 de ellas ya están “en peligro de extinción”, 32 son “vulnerables” y una está “extinta como reproductora”.
El informe señala la pérdida y fragmentación de hábitats naturales, la intensificación de la agricultura, la urbanización, el cierre de los claros en zonas forestales y el cambio climático como principales causas. “Por lo tanto, con el proyecto RestPoll avanzaremos un paso más para revertir esta situación”, finaliza Roquer.
La polinización es una actividad que resulta vital para la subsistencia de las plantas y de los seres que cohabitan con ellas en los ecosistemas y para los humanos. El proyecto RestPoll podría aportar soluciones funcionales, prácticas y versátiles al problema de la disminución de agentes polinizadores.