Junto con cumplir la promesa de un querido familiar y hacerse cargo de la tala de árboles provocada por el castor, dos amigos se unen para crear una novedosa solución.
Desde el “fin del mundo”, en la Estancia Olguita, por la comuna de Timaukel, de la Región de Magallanes, nace una innovadora propuesta que busca revolucionar las opciones de calefacción de los hogares chilenos y por qué no a nivel internacional, a través de sus ecoleños los cuales son 30 veces menos contaminantes que la leña húmeda y hacen frente a una problemática del territorio; la presencia invasora del castor.
Se trata de Humos de la Patagonia, que espera ser la primera startup de la región, estando comprometidos con la sostenibilidad y la innovación al presentar sus leños eco amigables, compuestos por la madera muerta a causa de la tala del castor en Tierra del Fuego, además de materiales como el cartón y el papel que no pueden ser reciclados.
Este proyecto con altas miras de crecimiento, es desarrollado por los amigos por más de 15 años y ahora socios, el ingeniero comercial, Fernando Ojeda y el doctor (c) en biotecnología, Felipe Bermúdez, junto a un completo equipo de profesionales y expertos en diversas áreas.
Esta idea comienza a forjarse en la mente de Fernando en medio de la pandemia por covid-19, a partir de una especial petición que le compartió su abuelo, Joaquín Soto, al ver la problemática en los campos, senderos, cursos de los ríos y el ecosistema en general por la presencia del animal exótico introducido, lo que también afectaba su labor como ganadero.
“Todas las ideas por lo general comienzan buscando una solución más que ver un problema y así fue que comenzó esto. Además, mi abuelo siempre me decía que teníamos que ocupar los recursos que había y me dio esa visión de que me hiciera cargo un poco de lo que estaba ocurriendo cuando él no estuviera. Así fue cómo empezamos con Humos de la Patagonia”, recuerda con cariño.
Decidido a dar el paso para generar el cambio, el ingeniero comercial se enfocó en presentar una solución y gracias a la guía de un amigo químico es que llegó a la idea de crear una briqueta, que luego de varias pruebas y errores, además de mirar el entorno para hacerse cargo de otras atingencias, finalmente la respuesta que esperaba surgió con los “ecoleños”
El hito que cambió todo
Mientras el proyecto quedaba en pausa por los estudios de Fernando, se presentó la oportunidad de participar en la primera versión del Programa Endowment de la Universidad Andrés Bello, dónde su propuesta fue seleccionada como una de las diez ganadoras, permitiéndole viajar a Boston, Estados Unidos, conociendo una de las mejores universidades del mundo y conectando con otras iniciativas innovadoras.
“En el intertanto de que yo estaba participando del programa mi abuelo falleció y después de eso yo tampoco tenía mucho interés de continuar, porque obviamente estaba haciéndolo por ayudar a la familia, pero ya estaba comprometido con la universidad y con el proyecto, había que darle viento en popa. Finalmente gané el concurso y me fui a Boston”, comparte Fernando.
Este viaje permitió notar un aspecto fundamental que necesitaba resolverse en el área técnica del proyecto, fue ahí cuando supo a quién contactar y que estaba más que capacitado para esta importante tarea. Su compañero del colegio Charles Darwin y de partidos de fútbol, Felipe Bermúdez.
“Siempre mantuvimos el contacto con Feña y cuando me cuenta la idea obviamente yo accedo a participar, desde ahí entramos a darle el sustento técnico”, explica el doctor (c) en biotecnología.
Beneficios al medio ambiente y el consumidor
Humos de la Patagonia no tala árboles y tampoco utiliza desechos ni residuos forestales para crear sus leños eco amigables, en cambio emplea la madera muerta generada por la tala del castor para combatir un desafío a nivel mundial como lo es el calentamiento global.
“La madera al ser talada por el castor está en continua emisión de gases de efecto invernadero, principalmente CO2 y metano y este último es 100 veces más contaminante, entonces es muy importante resolver este tipo de problemas. Además de los impactos a nivel ecosistema y biodiversidad porque inhibe el crecimiento del sotobosque”, explica el CTO de Humos de la Patagonia, Felipe Bermúdez.
Junto con ello, la innovación busca solucionar la gestión del papel y cartón que no puede ser reciclado, debido a la actual capacidad técnica de las plantas dedicadas a procesar estos residuos.
Respecto a los beneficios directos al cliente, los ecoleños de Humos de la Patagonia tienen un poder calorífico de un 30% mayor en comparación con la leña húmeda.
También, se destaca que poseen una durabilidad de hasta un 80% más con un promedio de una hora y media, esto se suma a los beneficios económicos y de salud, ya que estos leños emiten hasta 30 veces menos material particulado fino (MP) que un leño tradicional.
“Además, estamos desarrollando un proyecto de investigación para establecer un límite máximo del manejo de gestión de madera muerta. Porque toda esta madera no es parte del ciclo del carbono natural que se da en Tierra del Fuego, entonces ahí tenemos un remanente que se debe utilizar y por eso estamos innovando a nivel mundial, de la mano del Doctor en Recursos Naturales de la Universidad de Chile, Álvaro Promis”, explican Fernando y Felipe.
Humos de la Patagonia se caracteriza por ser un proyecto que constantemente busca innovar con el foco en la sostenibilidad, considerando el contexto y buscando soluciones a problemáticas, por ello como meta trabajan para ser la primera startup de Magallanes y en un futuro no muy lejano distribuir sus ecoleños a nivel nacional e internacional.
“Por el tema de venta nos vemos enfocados para este verano en Magallanes si es que todo sale bien y si contamos con los fondos, por eso siempre estamos abiertos a quienes estén interesados en apoyarnos ya sea con capital para la investigación, como en la puesta en marcha de la producción”, informan los desarrolladores de Humos de la Patagonia.
Reflexionando sobre la trayectoria de este proyecto, el equipo agradece el apoyo de instituciones como la Universidad Andrés Bello,HUB Fpymemagallanes, la Universidad de Chile, el Laboratorio de Carbones de la Universidad de Magallanes, que certificó los ecoleños, entre otros.
“Agradecer a mi abuelo Joaquín Soto y su llegada a Tierra del Fuego en los años 60, ya que sin él no estaríamos aquí ahora. Debe estar viendo contento nuestro avance desde allá arriba”, agradece Fernando Ojeda.
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