Los motores de hidrógeno para barcos no son el futuro: hay quien busca usar la sal para solucionarlo

Los motores de hidrógeno para barcos no son el futuro: hay quien busca usar la sal para solucionarlo

 

Ya no está tan claro que los motores de hidrógeno para barcos sean el futuro. Hay quien busca sal para solucionarlo. El primer motor de gas natural para barcos de pasajeros también se vio como una idea prometedora en 2014. Sin embargo, una década después llegan apuestas nuevas que rompen con todo lo establecido hasta ahora.

El dióxido de carbono (CO2), junto al vapor de agua y otros gases, es uno de los denominados gases de efecto invernadero que tanto daño hacen al planeta Tierra. A pesar de que el CO2 cumple diversas funciones en la Tierra, su presencia en exceso puede provocar grandes daños sobre los ecosistemas y la biodiversidad. El exceso de emisiones de CO2 intensifica el efecto invernadero, reduciendo la dispersión del calor acumulado por la radiación solar en la superficie de la Tierra hacia el espacio y generando un mayor calentamiento del planeta.

Bajo estas circunstancias, es vital encontrar nuevos combustibles, más allá de los fósiles que emiten esta sustancia. Así es como han llegado al sector transporte los motores de hidrógeno. No obstante, una empresa estadounidense parece tener una solución mejor: sal.

Los motores de hidrógeno para barcos ya son cosa del pasado: la sal es la clave ahora

Una compañía estadounidense atrapará emisiones de CO2 de motores de barcos en sal marina durante 100.000 años. Detrás de este ambicioso proyecto se encuentra la startup Calcarea, un spin-off del Instituto de Tecnología de California (Caltech) y la Universidad de California (USC). Ha creado un reactor revolucionario que transforma el dióxido de carbono (CO2) emitido por los motores de los barcos en inofensiva sal.

Esta propuesta alberga un gran potencial para disminuir de manera drástica las emisiones de CO2 del sector naviero, contribuyendo a la industria a cumplir con su meta de lograr la neutralidad de carbono para 2050. El reactor de Calcarea brinda una solución efectiva, segura y asequible para capturar carbono.

La tecnología convierte las emisiones de CO2 en sales capaces de almacenar carbono de forma segura hasta 100.000 años. Este avance supone un importante avance para que la Organización Marítima Internacional (OMI) y la industria naviera alcancen sus objetivos de sostenibilidad. El proceso que usa el reactor imita una reacción industrial que tiene lugar en los océanos.

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Sin embargo, lo hace en cuestión minutos, en lugar de miles de años. Este es un proceso que la Tierra ya lleva realizando miles de millones de años. Lo que buscan con este proyecto es acelerarlo para almacenar CO2 de forma segura y permanente.

La sal sustituye a los motores de hidrógeno: increíble, pero cierto

Naturalmente, el agua de mar absorber alrededor de un tercio del CO2 que emite la atmósfera, un fenómeno que produce un aumento de la acidez y la disolución del carbonato de calcio disponible en el océano. El carbonato de calcio es elemento esencial de los esqueletos de los colares y las conchas, además de los sedimentos del fondo marino. Ya existen unas 38.000 gigatoneladas (38 billones de toneladas) de bicarbonato en los océanos.

El plan de Calcarea es replicar ese proceso natural con un reactor situado en el casco del barco. Lo llamativo de este proceso es que, en condiciones naturales, la reacción tardaría más de 10.000 en culminar. Sin embargo, los reactores de Calcarea hacen posible que el proceso se complete en un minuto. Además, el agua salina generada se libera al océano sin generar daño a la vida marina ni alterar el equilibrio químico del agua.

Hasta ahora, Calcarea ha construido dos prototipos de reactores: uno en un estacionamiento de la USC y otro en el Puerto de Los Ángeles. En definitiva, aunque los motores de hidrógeno para barcos se veían como un signo futurista, el “mañana” podría venir de la mano de la sal. Mientras termina de comprobarse, el mundo mira de cerca el alcance del motor de agua que acaba de destrozar al hidrógeno.

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