Cataluña ha logrado un fortalecimiento muy acusado en su compromiso hacia la aplicación de la Economía Circular. Ello se ha hecho gracias a la gestión de 18.970 toneladas de aceites industriales usados que se han reconvertido en nuevos productos.
Los aceites de uso industrial son esenciales para el funcionamiento de motores en todo tipo de vehículos y de maquinarias industriales. Al finalizar su vida útil, se convierten en un residuo peligroso, ya que durante su utilización se generan sustancias tóxicas y metales pesados debido a la exposición a altas presiones y temperaturas.
Sin embargo, se trata de un residuo que puede ser aprovechado en su totalidad y utilizado en la fabricación de nuevos productos, como bases lubricantes o fuel BIA. En 2023, el sistema de gestión de aceites industriales usados en España, SIGAUS, gestionó 18.970 toneladas de este residuo en Cataluña, procedentes de cerca de 8.500 establecimientos de diversa tipología, siendo el 55% talleres mecánicos.
La gestión de los aceites industriales usados en Cataluña es un modelo ejemplar de cómo un residuo peligroso puede ser recogido en cualquier punto geográfico donde se genere y 100% aprovechado como materia prima o energía. Su gestión requiere de un sistema logístico que llegue a todos los rincones en los que se produce una gota de aceite usado, lo que incluye una amplia diversidad de actividades.
Cataluña
En Cataluña, 8.447 establecimientos e instalaciones generaron aceites usados en 2023. En ellos, SIGAUS recuperó 20.442 toneladas brutas de residuo (incluyendo un 7,2% de agua y sedimentos), a través de 20.259 operaciones de recogida en 611 municipios catalanes.
El 55% de estos puntos generadores fueron talleres de reparación de vehículos, entre los que se incluyen establecimientos multimarca, concesionarios y talleres independientes. En ellos se recuperó el 46% (9.349 toneladas) del aceite usado que se generó en Cataluña durante el pasado año.
El 54% restante se recogió en la industria y otros muchos sectores, como el transporte, la energía, la construcción, la agricultura, la hostelería y los servicios públicos (desde puntos limpios municipales o comarcales, hasta centros educativos, hospitales y fuerzas de seguridad y emergencias).
Áreas de especial dificultad
Los aceites industriales usados se generan de forma muy extendida y dispersa en todo el territorio, y especialmente atomizada en zonas rurales o de montaña, a menudo alejadas de los grandes núcleos urbanos y con menor densidad de población, donde se eleva el nivel de exigencia para el servicio de recogida.
Durante el pasado año, el 47% de los municipios catalanes en los que se efectuaron recogidas fueron rurales. En estas áreas se recuperaron 1.860 toneladas de aceites industriales usados, el 9% de la cantidad total recogida.
En las zonas de montaña, donde la orografía aporta una complejidad adicional para el servicio de recogida, se recuperaron 834 toneladas en 99 municipios. Por otra parte, en 163 municipios de menos de 1.000 habitantes se recogieron 609 toneladas de aceites usados.
Adicionalmente, en zonas próximas a espacios naturales protegidos es especialmente importante la recuperación del residuo. En estos entornos se recogieron 445 toneladas de aceites usados, que se generaron en 234 establecimientos ubicados en las cercanías de 35 espacios protegidos. Un ejemplo fue la recogida de 195 toneladas en 105 establecimientos en la Reserva de Terres de L’Ebre.
Los aceites usados pueden ser especialmente nocivos en entornos hídricos (como ríos, lagos o embalses) porque no es biodegradable y por su capacidad de infiltración y bioacumulación. Se estima que el vertido de un litro de aceite usado puede contaminar un millón de litros de agua, y puede perdurar durante 15 o 20 años, impidiendo su oxigenación y dañando los ecosistemas acuáticos. En el entorno de recursos hídricos de Cataluña se recuperaron 408 toneladas de aceites usados generados en 167 puntos de generación.
Aceites usados: un residuo valioso con infinitas vidas
Los aceites usados conservan en su composición recursos que le permiten ser aprovechado en su totalidad, transformándolo en nuevos productos, como bases lubricantes o un combustible similar al fuel óleo. La cantidad recogida en Cataluña durante el pasado año fue valorizada en su totalidad, una vez excluidos los impropios (agua y otros sedimentos).
Del residuo neto finalmente gestionado (18.970 toneladas), el 97% se destinó a regeneración, tratamiento prioritario por ley que permite transformar el residuo en bases lubricantes, que son el componente fundamental en la fabricación de nuevos aceites industriales. Gracias a este proceso, fue posible reincorporar al mercado 11.518 toneladas de nuevos lubricantes, suficientes para llenar el cárter de 2,8 millones de coches.
El segundo tratamiento posible para los aceites usados es su descontaminación para obtener un combustible —llamado fuel BIA— que sustituye al fuel óleo tradicional, y que puede ser utilizado en centrales térmicas, hornos y otras instalaciones industriales. Mediante este proceso se trató el 3% restante del residuo recuperado.
La obtención de estos productos a partir del aceite usado evita el uso de petróleo: 5,5 millones de barriles se ahorraron por la gestión realizada en Cataluña. Además, se evitó la emisión de casi 12.600 toneladas de CO2 y se ahorraron 234 GWh de energía.
GENCI: del aceite usado a los envases
SIGAUS lleva desde 2007 cumpliendo rigurosamente los objetivos ambientales establecidos por la normativa vigente (RD 679/2006), asegurando la recogida y el correcto tratamiento de los aceites industriales usados para prevenir su incidencia ambiental.
Todo ello gracias a una gestión que incluye un servicio de recogida de gran capilaridad en el territorio y un Sistema de Información Tecnológico que permite la trazabilidad del residuo desde que es recogido hasta que se convierte en un nuevo producto en las plantas de gestión final.
Esta experiencia y eficiencia en la gestión de un residuo eminentemente industrial se extiende ahora al ámbito de los residuos de envases comerciales e industriales con GENCI. Este nuevo SCRAP surge para cumplir con la nueva normativa (RD 1055/2022) sobre envases y residuos de envases, que entrará en vigor el 1 de enero de 2025.
Esta normativa establece que los fabricantes y comercializadores de productos envasados en envases comerciales e industriales deben financiar y garantizar la correcta gestión de los residuos de estos envases, independientemente de su naturaleza, formato, material o vida útil (garrafas, bidones, palets, cajas, films…).
GENCI ya cuenta con tres años de experiencia operativa en Baleares, debido a una normativa autonómica, lo que le permite escalar fácilmente su modelo de gestión a nivel nacional, pudiendo operar sin cuotas fijas de adhesión, por lo que las empresas adheridas solo pagarán por los envases comerciales e industriales que pongan en el mercado a partir del 1 de enero de 2025.
En definitiva, tanto la recogida de aceites usados y su reconversión en diferentes tipos de productos, como la gestión sostenible de los envases, es un aporte significativo en la lucha contra la contaminación del Medio ambiente y la preservación de los ecosistemas.