La caza furtiva de animales salvajes es una auténtica plaga; se abaten o capturan millones de ejemplares de toda clase de especies en todo el mundo en sus hábitats nativos, para el tráfico ilegal de mascotas exóticas, para obtener marfil, crear objetos ornamentales o traficar con otras partes del animal para su uso en la medicina tradicional oriental y así un largo etc.
Oferta y demanda de la caza furtiva
Aun así, ha sobrevivido la caza deportiva, aunque las actividades cinegéticas están cada día peor consideradas por la sociedad y están regidas por unas regulaciones que dependen de cada país, en cuanto a épocas y especies permitidas. Lamentablemente, España es de los más permisivos en este aspecto.
A pesar de las prohibiciones y las leyes de protección animal, sigue habiendo miles de personas que salen a matar a determinados animales o a capturarlos vivos, para cumplir con las demandas del mercado negro. La caza furtiva a día de hoy es un gran negocio mundial, por el que se están asesinando miles de animales, extinguiendo especies y lucrando con sus vidas.
El problema radica en que existe un mercado que compra los despojos de la caza furtiva, por eso en los países más pobres, muchos se dedican a esta mísera profesión, espoleados por la carencia de educación y la falta de oportunidades laborales, sin tener idea la mayoría de las veces, de las consecuencias de sus acciones.
Causas de la caza furtiva
Ya lo dice bien claro Frank Cuesta: si no hay demanda no hay negocio. La caza furtiva es un gran negocio que mueve miles de millones de euros y que afecta a casi todos los países del mundo. Ya sea por entender que ciertas partes de los animales tienen propiedades medicinales o por querer una mascota exótica o unos adornos originales, la caza furtiva sigue en auge.
Caza furtiva para una medicina malentendida
En todas partes del mundo aún se maridan la superstición y las antiguas costumbres y en muchos casos el resultado es una ‘medicina’ que necesita del sacrificio de un animal. En algunos países asiáticos, se cree que la bilis del oso del sol y el polvo de cuerno de rinoceronte tienen propiedades afrodisíacas y que los huesos, garras y vísceras del tigre curan males crónicos y revitalizan a quien los consume.
Adornos obtenidos con la caza furtiva
El marfil de los elefantes y el carey de ciertas tortugas se empleó durante milenios, para fabricar todo tipo de objetos ornamentales. Si bien en la actualidad está prohibido su uso, los cazadores furtivos asesinan a miles de estos animales para abastecer el mercado negro mundial. Con las manos de los gorilas de montaña se hacían ceniceros, con las pieles de grandes mamíferos, alfombras y mil ejemplos más.
El mercado negro de animales y partes de animales es capaz de proveer a quienes lo desean, de casi cualquier cosa, puesto que no solo se cazan osos y tigres, sino que se usan las plumas de infinidad de aves exóticas para fabricar adornos se emplean insectos, especialmente mariposas para hacer ornamentos y con las pieles de varios reptiles se confeccionan zapatos, cinturones y bolsos.
Mascotas exóticas conseguidas mediante la caza furtiva
En muchos países, para poder tener como mascota a un animal exótico de forma legal se deben conseguir ciertos permisos y, aun así, hay muchas especies que están prohibidas. En otras partes del mundo las leyes no son tan estrictas, pero el mercado negro de animales de compañía está presente en todas partes.
Hay quienes se jactan de poseer zoológicos particulares en los que tienen animales de todas partes del mundo y a los que coleccionan como si fueran objetos. Cuanto más exótica y prohibida sea la especie, mayor es el precio que se paga por ella, de forma que estos personajes son los mayores promotores de la caza furtiva y el tráfico ilegal de estas especies.