¿Existen infiltrados del lobby ganadero en las organizaciones ecologistas?. Se crea un nuevo colectivo, rebeldes indignadas, que denuncia al lobby ganadero en los colectivos ecologistas, a raíz de un escándalo en el colectivo Rebelión Científica España.
La influencia del Lobby ganadero en el mundo es bien conocida, aunque no lo suficiente, y hay numerosa documentación sobre cómo ha logrado censurar a los comités de Naciones Unidas y sus informes, como los del mismísimo IPCC y FAO. Pero faltaba aun por revelar la parte más escandalosa: cómo estos lobbies se infiltran en el tejido social y su influencia en los propios movimientos ecologistas.
En los últimos 3 meses se ha desatado un escándalo en el colectivo ecosocial y climático Rebelión Científica España, rama de Extinction Rebellion España, que ha puesto de manifiesto la manera en que lobbies como el ganadero cooptan a los movimientos ecologistas e instauran opacas dictaduras en el seno de movimientos que se pretenden horizontales y asamblearios.
La historia comienza cuando en abril de este año, por la intervención de algunas activistas y teóricas, se logró introducir el problema de la ganadería y la alimentación en el Manifiesto de la Campaña Internacional de rebelión Científica España 2024.
Lo que dice la ciencia: que aun más que los combustibles fósiles la alimentación de origen animal es la principal fuente de cambio climático, extinciones masivas, contaminación global, agotamiento de agua, problemas de salud humana, desigualdad, y abuso extremo de animales. La comunidad científica con el IPCC y FAO a la cabeza considera que la transición a dietas vegetales es la medida más urgente ante una crisis climática que nos aboca a un colapso ecosocial inminente por la inacción criminal de los gobiernos. Esto implica acabar con las subvenciones a la ganadería y resto de industrias de explotación animal, y subvencionar la transición a dietas vegetales.
¿Existen infiltrados del lobby ganadero en las organizaciones ecologistas?
Frente a este consenso científico hay una literatura minoritaria y controvertida, que al igual que ocurre con los negacionistas del impacto de los combustibles fósiles, intenta promover el negacionismo y la confusión sobre el impacto de la alimentación de origen animal, falseando su imagen con un gravísimo y criminal greenwashing. Con la diferencia de que en el caso de la alimentación reina mucha más confusión que con los combustibles fósiles.
Estas décadas acumuladas de confusión promovidas por grupos de interés con la connivencia de los gobiernos, junto a la reticencia de la gente a cuestionarse su dieta, y a la letal alianza del movimiento ecologista con el “campo” copado por ganaderos, hace que llevemos 3 décadas de retraso como mínimo en abordar esta cuestión clave.
Esto quizá subyace a la interminable controversia que se levantó tras publicarse el mencionado manifiesto, con un conjunto de defensores de la ganadería extensiva atacándolo en tromba e intentando que el manifiesto se censurase después de publicado.
Para resolver este tema varias compañeras teóricas y activistas realizaron un compendio de literatura científica que pusieron a disposición del grupo, para iniciar un proceso, consensuado en las reuniones generales del grupo, de contraste de la misma, a fin de aclarar cual debe ser el consenso del grupo sobre el tema. Pero dicho proceso ha sido bloqueado de forma escandalosa por el grupo de personas pro-ganadería del colectivo, lo que ha culminado en la expulsión unilateral y autoritaria los pasados 26 y 29 de julio, de las dos compañeras que gestionaban el debate y que más activamente luchaban porque se atendiera a la literatura científica de consenso.
A raíz de esto dichas compañeras, con el apoyo de algunas más, han creado un nuevo colectivo llamado Rebeldes Indignadas, cuya principal finalidad, que no la única, es luchar contra el lobby ganadero (y pesquero, avicultor y piscicultor) en los movimientos ecologistas y desvelar sus tramas ocultas.
Dichas redes se componen de ganaderos y exganaderos que trabajen dentro de los propios movimientos, científicos que, pagados por el lobby o por gobiernos y entidades afines a este, desarrollan literatura científica destinada a la desinformación, otros miembros, portavoces y líderes de estos movimientos que por conveniencia no quieren tocar este tema sensible, y una base mayoritaria que tampoco se la cuestiona debido a la confusión que reina y a la reticencia a cuestionarse sus costumbres alimentarias.
El colectivo anuncia nuevos informes y acciones próximas revelando más escándalos sobre como el lobby ganadero-pesquero coopta a los movimientos ecologistas.