Canadá está experimentando una transición energética muy fragmentada con consecuencias para la asequibilidad de los hogares y el desarrollo económico, según un estudio nuevo cuadro de mando de Clean Energy Canada que clasifica los esfuerzos provinciales para ayudar a los ciudadanos y las empresas a pasar a la energía limpia.
Si bien las acciones provinciales varían mucho, está claro que las provincias en general necesitan intensificar sus esfuerzos, algunas mucho más que otras. Desde 2016, 80% del gasto climático en Canadá ha sido a nivel federal, a pesar de que el gobierno federal es responsable de aproximadamente 20% de todo el gasto público. Con un futuro incierto que enfrenta una serie de medidas climáticas a nivel nacional, la fragmentación provincial que existe hoy podría agudizarse aún más mañana.
En el extremo positivo del espectro, Quebec lidera el grupo con una calificación A gracias a su apoyo a los vehículos eléctricos y las bombas de calor y a una creciente cadena de suministro de baterías. BC también obtiene una buena puntuación en transporte y edificios limpios, pero una mala planificación eléctrica le otorga una B en general.
Por otro lado, Alberta y Saskatchewan (las únicas dos provincias que recibieron calificaciones D) no están logrando alcanzar su potencial de manera significativa. A pesar de ser la capital eólica y solar de Canadá, Alberta ha impuesto restricciones al desarrollo de energía renovable, una medida reciente que ya está ahuyentando la inversión.
Mientras tanto, Ontario recibió buenas calificaciones por su estrategia industrial después de tomar grandes medidas para expandir su cadena de suministro de vehículos eléctricos, pero finalmente obtuvo una C debido a los esfuerzos más débiles en torno al transporte y los edificios limpios. Y al lado, el nuevo reembolso para vehículos eléctricos de Manitoba mejoró su puntaje de transporte limpio, lo que la ayudó a convertirse en la única provincia de Prairie en obtener una C.
Finalmente, haciendo honor a su pequeña pero poderosa reputación, PEI es el ganador regional en el Atlántico canadiense y recibió una B por los fuertes niveles de apoyo brindado a los residentes para que adopten vehículos eléctricos y bombas de calor que ahorran costos.
Para ver cómo se desglosan las calificaciones y cómo Clean Energy Canada elaboró sus criterios, consulte Haciendo el grado.
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